A pocas horas del partido, Colón realizó el reconocimiento de la Nueva Olla, escenario de la Final de la Sudamericana, mañana desde las 17.30, contra Independiente del Valle.
Bajo un calor intenso, con una térmica que superaba los 35 grados, los jugadores pisaron el campo de la cancha de Cerro Porteño en zapatillas. Algunos se sacaron fotos, otro como Leo Burian caminó hasta uno de los arcos, se metió dentro y probó los palos. Cada uno se llevó de regalo una camiseta del equipo anfitrión, con su apellido en la espalda. Y al final, se sacaron una foto grupal que les quedará de recuerdo, en la antesala de la primera final internacional de los santafesinos en sus 114 años de historia.
Previo a todo eso, Pablo Lavallén calificó a la Final como "un partido sin mañana. Porque es la oportunidad única de ser campeón. Ser campeón en el fútbol no es fácil. Yo jugué 17 años, en equipos importantes y pude lograrlo cuatro veces. A Colón le ha llevado toda su vida. Entonces, es un partido único. Un partido que los jugadores saben que si tuviesen que infiltrarse, o poner en riesgo su propio físico para jugar, se hace".
Y el DT comparó: "Si uno lo llevara al máximo nivel, sería jugar la final de un Mundial, hacés todo lo que tengas que hacer para llegar. Por eso, sin mañana. Por supuesto, la vida sigue y Colón seguirá jugando. Pero esta es la gran oportunidad que todos los hinchas soñaban, una oportunidad que atraviesa generaciones de hinchas. Y hay que hacerles sentir a los jugadores, los que van a estar en el campo, que es un privilegio ser protagonistas de poder escribir la página más importante de la historia de Colón".
Sobre el conjunto ecuatoriano y cómo jugarle, el DT señaló: "Es un equipo con buena posesión y circulación de pelota, sobre todo en su campo, intentando que el rival salga y que genere los espacios para que sus delanteros, que son rápidos, corran. Ante eso, hay que ser inteligentes para saber en qué momento ir a buscarlos altos y presionar o esperarlos. La diferencia la hará el equipo que tenga más la pelota y no el que corra detrás de balón".
Según el estratega del elenco santafesino: "Independiente se caracteriza más por un estilo de fútbol más aceitado que el nuestro y nosotros tenemos el corazón. Ellos van a jugar desde la pelota, la tenencia y la posesión; nosotros vamos a hacer lo mejor des lo futbolístico y el extra que se necesita desde lo actitudinal, que tiene que ser más que lo técnico y lo estratégico".
El técnico es responsable de cambiarle la cara a un plantel al que, cuando los resultados no se daban, los hinchas y una parte del periodismo, trató de "mercenarios" y "cobardes". Con respecto a esa transformación, Lavallén señaló: "El fútbol no es PlayStation, que uno toca las teclas y los jugadores se mueven. Esos jugadores son personas que primero tiene que estar bien de la cabeza y luego tienen que tener algo adentro, que es amor propio, personalidad y eso cambió Colón desde que yo asumí en marzo. Los jugadores tienen cabeza", respondió el DT, y amplió: "Ha habido pocos cambios en el plantel y el jugador se dio cuenta que es valioso, que juega bien y que tiene herramientas para ganar partidos, que es algo que no se puede negociar: la entrega, la garra, el corazón... Este equipo puede no convencer desde lo futbolístico pero en el momento que subió el agua o la soga apretó, sacó su personalidad y eso es de un equipo de finalistas, que aparecen los hombres. Y yo tengo un equipo de hombres".
Por último, el entrenador de Colón destacó: "Ningún rival nos regaló nada. Si estamos en la final, es por mérito propio. Veremos si alcanza el fútbol o el corazón. Todos los que están en la cancha tienen el fútbol; los míos el corazón lo tienen muy grande, veremos qué se termina imponiendo".
Con Rodrigo Aliendro descartado por un desgarro (se lesionó pateando un penal en la práctica matutina del viernes), el equipo sin confirmar para arrancar contra Independiente del Valle sería con: Burian; Vigo, Ortiz, Olivera, Escobar; Bernardi (el que ingresaría), Lértora, Zuqui, Estigarribia; Pulga Rodríguez y Morelo.
