Argentina había comenzó bien el encuentro. Tomó el protagonismo, jugó en campo contrario y más allá de que le costó encontrar profundidad creó algunas situaciones para abrir el marcador. El equipo conducido por Claudio Ubeda atacó generalmente por la derecha en el primer tiempo y tuvo como hombre importante en la elaboración a Santiago Colombatto, quien tuvo también la más clara con un cabezazo que dio en el travesaño.
Inglaterra casi no pisaba el área argentina, pero cuando lo hizo no perdonó: centro desde la derecha, Dominic Calvert-Lewin anticipó a Gonzalo Montiel y abrió el marcador con un cabezazo que se metió al lado de palo del arco defendido por Franco Petroli. Iban 38. No era justo.
Con un cabezazo de Marcos Senesi y un par de remates de afuera de Ezequiel Ponce y Exequiel Palacios se aproximó el seleccionado en el arranque del complemento, pero fue Inglaterra el que volvió a golpear: a los siete se escapó Adam Armstrong, Petroli le regaló el primer palo y ahí la metió el delantero para llevar a dos la diferencia.
A falta de media hora, Claudio Ubeda mandó a la cancha a Lautaro Martínez y Tomás Conechny. La desesperación comenzó a apoderarse del equipo nacional, que iba aunque sin claridad. Estuvo cerca del tercero el representativo europeo, mientras que Argentina casi descuenta después de una corrida de Martínez y una carambola que terminó en el córner luego de una buena respuesta del arquero Woodman.
Sin embargo, esa jugada arrancó con una falta de Martínez a Fikayo Tomori que el árbitro no había notado. Los asistentes que están fuera del campo se lo observaron, el juez retrocedió la acción hasta la infracción y decidió -tras ver la jugada en la televisión- expulsar al jugador de Racing por un supuesto codazo.
Pese a los últimos intentos, Argentina no pudo quebrar a Inglaterra, que sí llegó al tercero en el descuento con un penal de Solanke. El martes que viene los chicos necesitarán recuperarse frente a Corea del Sur para no terminar de complicar la clasificación a la próxima fase.
