Visiblemente molesto, el ex West Ham devolvió la agresión a los ultras (que vendrían a ser los barrabravas europeos) y en ese momento empezó el candombe, ya que esta gente saltó en masa al terreno de juego para agredir al enganche y a sus compañeros.
Ante semejante cantidad de personas la seguridad no alcanzó y la situación comenzó a desmadrarse. En medio de todo, otro jugador visitante disparó un pelotazo contra estos fanáticos, lo que enardeció más a la tribuna. Además, un miembro del staff del Marsella aplica de derecha a uno de estos ultras, lo que también enardeció a los jugadores de "Las Aguílas" que fueron inmediatamente a buscarlo.
Por supuesto que Sampaoli no se iba a quedar afuera del tumulto y fiel a su estilo, intentó ir a encararse con los hinchas del Niza. Como no lo podían parar, tuvo que ser sujetado por Raimundo y todo el mundo hasta que lo llevaron a los vestuarios.
¿Cómo se calmó la situación? Tuvo que aparecer el presidente del equipo local, Jean-Pierre Rivère para dialogar y apaciguar a los pesos pesados de su fanaticada. Esto no fue muy bien visto ya que de alguna manera dejó en claro la relación de cercanía entre ambas partes. Recordemos que desde que este hombre está a cargo de esta institución, contrató a varios argentinos como Darío Cvitanich y Walter Benítez.
Al momento del botellazo, el partido iba 1-0 a favor del Niza con gol del danés Kasper Dolberg, sin embargo, una vez finalizado el espectáculo el árbitro ordenó a los jugadores que regresaran al verde césped para reanudar el juego. Esta decisión fue ignorada por los de celeste, lo que llevó al colegiado a dar por suspendido el partido, otorgándole le la victoria por 3-0 a los dirigidos por Christophe Galtier.