Fue a partir del año pasado que se comenzó a hacer la transición de los pasaportes tradicionales con antena de tinta impresa a unos con una nueva antena de hilo de cobre, la cual es más confiable, gracias a que el chip que contiene los datos del viajero, y, por lo tanto, reduce la tasa de fallos. Esto ya es un estándar en los pasaportes electrónicos de todo el mundo ya usan antenas de hilo de cobre. El nuevo pasaporte usa una portada electrónica (e-Cover) diseñada con un escudo de radiofrecuencia que cuenta con elementos de seguridad más robustos. Una delgada capa de material especial interrumpe la comunicación por radio con la antena del pasaporte, solo cuando esté cerrado, lo cual impide que sea leído o robado por ciberdelincuentes, publicó ElCronista. Además, disminuye enormemente el riesgo de acceso no autorizado a los datos del chip cuando los pasaportes no estén siendo inspeccionados.
Se espera que el Gobierno argentino ahorre US$ 2.3 millones (aproximadamente 60 millones de pesos argentinos) anualmente. La implementación estuvo a cargo de la compañía estadounidense HID Global, especializada en verificación de identidad.