Sociedad La historia de Germán Schlude

Joven atleta no vidente entrerriano se traza nuevas e importantes metas

El joven vialense Germán Schlude es un campeón de la vida y del deporte. La clave, es la motivación de su entrenador con quien, día a día, se trazan nuevas e importantes metas. Una historia que puede ser pasada por alto

La de Germán Schlude, un joven vialense de 16 años (no vidente), es una de esas historias de superación que no pueden ser pasadas por alto. En 2015, integró el equipo entrerriano que ganó el Segundo Encuentro Nacional de Básquet para Ciegos, en Córdoba, y a partir de este año se sumó al atletismo, donde bajo la dirección del reconocido atleta y entrenador crespense José María Villagra, se traza nuevas e importantes metas.

Germán es hijo de Claudia Barzanti (docente) y Javier Schlude (enfermero), con quienes vive en Viale, junto a su hermana. Nació prematuro, a los 7 meses y tuvo retinopatía en el ojo izquierdo, el cual no se formó correctamente. En tanto en el derecho tenía visión, hasta que a los 9 años sufrió de cataratas y perdió la vista completamente.

"En básquet, comencé en 2013, en un campus que se concretó en Paraná. Me gustó este deporte y me sumé. Fue una experiencia fantástica, porque no solamente es el deporte en sí, porque da la posibilidad de conocer a otras personas, como me está pasando ahora con el atletismo", comentó a El Observador.
La clave, la motivación de su entrenador
Villagra, de reconocida trayectoria en esta disciplina, no dudó en afirmar que Germán, "es un joven inteligente y muy talentoso. Cada día vemos el progreso que está teniendo. Trabajamos mucho en la parte técnica, pero es impresionante cómo ha crecido como atleta". El "coach" dijo que la próxima meta es participar en el campeonato nacional (para ciegos) que se concretará del 1 al 4 de diciembre en Resistencia (Chaco), "donde podremos ver dónde está parado en cuanto al nivel, en relación a los demás competidores y a partir de eso, poder trazar otros objetivos superiores".

"Practico en el polideportivo de Viale, de donde soy y en Crespo (Campo Yapeyú). El deporte es una forma de tener libertad, un ciego se acostumbra que siempre tiene que ir con alguien, pero en el atletismo y en el deporte en general, tenemos la libertad de correr, de saltar, cosa que normalmente no podemos realizar", señaló Schlude.

Sobre cómo llegó la relación con Germán, Villagra comentó que "como mi hijo juega al básquet, en una oportunidad estuve en Viale, también fui guía paralímpico en los Juegos de Londres para un disminuido visual y me gusta trabajar con estos chicos".

"Me comentaron sobre su caso. Fui un domingo a visitarlo, hablé con él y su familia y desde junio de este año empezamos a entrenar. La verdad, me sorprendo día a día de las ganas de vivir y de hacer cosas que tiene. Nos llena de amor y nos enseña de que todos somos iguales, que todo se puede hacer, si uno pone voluntad y esfuerzo. Valoro mucho lo que hace y el acompañamiento que tiene de sus padres y su hermana", subrayó el entrenador.

"Ya fuimos a tres concentraciones, Gualeguay, Concordia y La Pampa. Es espectacular verlo correr, cómo ha evolucionado y hay mucho para seguir trabajando todavía. Nos ayudamos mutuamente, tenemos una interacción tremenda? Me considero un entrenador motivador, siempre lo he sido con mis dirigidos, les digo siempre que se proyecten, que tengan sueños y metas, pero mirando la realidad. Germán quiere lograr lo que quiere cualquier chico de su edad? Muchas veces me dice 'no veo con mis ojos, pero veo tu corazón, el valor de las cosas' y se esfuerza para que esas metas las pueda cumplir y sé que las va a cumplir. Como entrenador, estoy descubriendo algo nuevo, porque estas cosas te transforman la vida, me reconfortan el alma y me dan una riqueza interior", realzó Villagra.
Por su parte, Germán se refirió a las bondades que el ofrece la práctica del deporte. "En el atletismo, uno va aprendiendo cada día algo diferente y me permite conocer gente que tiene tantas ganas como uno de hacer un deporte. Y a los chicos que están en una situación parecida a la mía, les digo que no bajen los brazos y si hay algo que quieran hacer, por más loco que sea, que lo intenten", dijo este chico que a los 9 años quedó sin visión, lo que no fue un obstáculo para plantearse otros desafíos. En la competencia podrá ganar o perder, pero en el campeonato de la vida, del esfuerzo y las ganas de superación, ya tiene un lugar asegurado en el podio.
Ver comentarios

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web