Sociedad Desinteresada iniciativa

Solidaridad: Transformaron su casa en un merendero para 40 chicos

Un matrimonio, luego de participar de diferentes acciones benéficas, decidió abrirles las puertas de su casa a más de cuarenta chicos con diferentes necesidades. "Nosotros amamos mucho hacer esto", dijeron en una entrevista.

En el barrio Casco, del partido bonaerense de Moreno, se refleja una admirable vocación solidaria por parte de un matrimonio, que, luego de participar de diferentes acciones benéficas, decidió abrirles las puertas de su casa a más de cuarenta chicos con diferentes necesidades.
Los pequeños no sólo reciben meriendas semanales y un almuerzo mensual, sino que también se les brindan talleres educativos y principalmente el afecto paternal, puesto que en muchos casos se trata de menores con delicadas situaciones familiares. Una propuesta cuya máxima retribución para sus mentores son los cálidos abrazos de los niños que ellos asisten en su propia casa.
El merendero "Granito de Mostaza" recibió por primera vez a sus pequeños beneficiarios el 30 de julio de 2015, convirtiéndose en realidad un antiguo anhelo de Héctor Heber Ramírez y de su esposa Andrea.
Anteriormente, Heber viajaba a la Colonia Oasis, de la provincia de Misiones, junto a un amigo, entregando ropa a quienes menos tienen. Pero su compañero solidario, oriundo de dicha provincia, decidió radicarse allí, por lo tanto, Ramírez continuó con la recolección y la donación de prendas de vestir para un merendero del barrio Cuartel V, de Moreno.
Un establecimiento solidario que lo maravilló y, por lo tanto, apenas arribó a su vivienda, le manifestó a Andrea su deseo de realizar una actividad similar en la casa, preguntando: "¿Qué te parece si lo hacemos acá?". A los pocos días, Heber esperó cobrar su aguinaldo para comprar maderas y materiales con los cuales construir los bancos, mesas y demás mobiliarios necesarios para poner en marcha su afán de ayuda a los demás.
En aquellos inicios, "vimos que muchos chicos venían descalzos, entonces nos vimos en la necesidad de juntar zapatillas. También notamos que la mayoría de ellos sólo comían en un comedor cercano, que se veía saturado, por eso también decidimos hacer almuerzos los fines de semana". explicó Ramírez a "Crónica".

El merendero funciona durante los miércoles y sábados, los almuerzos se suministran una vez al mes, y además se desarrollan talleres educativos y se celebran los cumpleaños de cada niño el último sábado de cada mes. Una serie de actividades cuyo fin no sólo es satisfacer sus necesidades alimenticias y materiales sino también darles afecto.
En este sentido, Heber dejo en claro que "nosotros amamos mucho hacer esto, porque sabemos que la única forma de batallar contra las necesidades es siendo solidario. Hay nenes que vienen solos, que no conocemos a sus padres, por eso, además de una copa de leche, les brindamos una caricia".
Mucha emoción
El pasado fin de semana se llevó a cabo la tradicional fiesta de cumpleaños, en este caso para aquellos niños que nacieron en septiembre, en una jornada emotiva no sólo para sus destinatarios, sino también por parte de sus organizadores.
Heber y Andrea lograron disponer de chorizos para cada presente, además de las tortas y juguetes para los cumpleañeros, lo cual generó la satisfacción del solidario hombre, quien confesó que "a último momento conseguimos cuarenta chorizos. Por eso la alegría es total porque nos duele cuando no podemos darles un plato de comida a los nenes, ya que lo hacemos a pulmón, sale todo de nuestro bolsillo".

Un notable proceder solidario que tiene su máxima devolución cuando "nos cruzamos a muchos chicos en la calle, que apenas nos ven, nos gritan 'profes, profes' y vienen corriendo a darnos un fuerte abrazo. Eso es impagable y nos muestra que tenemos que seguir con esto", ref lejó el impulsor de "Granito de Mostaza". Fuente: (Crónica).-
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