"El pescado se mete a las lagunas, a los arroyos, prácticamente come adentro", contó al programa A media mañna.
"Se cortó la salida de pescado y no podemos traer el sustento a la casa. Nos prometieron muchas ayudas pero hasta ahora no se ha visto nada. Seguimos esperando", lamentó el trabajador. El hombre se disponía a salir con su canoa para revisar el espinel. "Voy a ver si encuentro mi herramienta porque hace unos días que no voy, por el viento y los fríos", argumentó al programa A media mañana. "Es duro para nosotros", se justificó.
"El agua sube y la contención aguanta sobre la costa pero se filtra por dentro y las casas empiezan a sentir esa humedad", reveló el pescador. Es que la preocupación por la crecida del río, también acarrea sus consecuencias. En la costa se armó una improvisada contención con bolsas rellenas con piedras.
"Hay proyectos para crear una contención pero son proyectos y pasan nomas", acotó al respecto.
"Los vientos traen las canoas para la costa, y al golpear, se rompen. Se cortan los chicotes y las mismas piedras que ponen con las bolsas", comentó el pescador. "Se pierden muchos elementos de pesca, y además son caros para comprarlos", explicó, al tiempo que detalló: "Un espinel de 40 anzuelos cuesta casi mil pesos. Y a eso no lo ganamos en el día. También podemos llegar a perderlo en el mismo momento, porque cuando vienen raigones ocultos bajo el agua, nos los vemos y te lo lleva. Tenemos que largarlos para no arriesgar nuestra vida".
"La gente nos ayuda mucho con ropa y alimentos, pero los pescadores necesitamos anzuelos, tanza, alambres o piola", indicó José Luis. Elonce.com