Indicó que primero se produjeron las trompadas; mi marido se trató de defender. Fueron forcejeando, creo que quedaron a la izquierda, apoyados en un auto. Para la mujer de Lazaga, el agresor ya se bajó con el cuchillo. Aclaró que el acompañante, en ningún momento, atinó a ayudar. Fue cuestión de minutos.
Para mi es imposible borrar eso de mi mente; encima, en ese momento, nadie me ayudó. Yo gritaba que me auxiliaran, pero en ningún momento, nadie me ayudó. Insistió con que siente una impotencia total ya que mi marido estaba tirado en el piso y los autos pasaban, tocaban bocina. No importa nada. Luego, dijo que pensó que nadie la ayudó, porque, supongo, que lo vieron con el cuchillo y nadie atinó a nada.
Mencionó que esa fatídica tarde, cuando el tránsito estaba muy congestionado, íbamos al médico, a hacer sellar una receta, para mi hijo, al que le tenemos que conseguir un tornillo, para operarlo.
Picese reafirmó que su esposo, quien se desempeñaba como penitenciario, no llevaba arma, ni cuchillo, como quieren hacer pasar. Estaba limpio, solo íbamos a un consultorio médico y agregó que el agresor fue el de la camioneta, fue ese tipo el que empezó a agredir.
No se qué se piensan estos tipos, dueños de estancia, de tierras, ¿porque tienen una Hilux?. El tránsito es todo igual, para todos, reflexionó la mujer. Manifestó a Códigos que espera que se haga justicia, que no termine en la nada, no puede ser esto, si ellos se mandaron su macana, que paguen tras las rejas.
Casette y Medina llegaron desde El Cimarrón, departamento Federal, a Paraná, a comprar repuestos y mantuvieron una discusión con Lazaga, que viajaba en moto con su mujer, en la zona de avenida Almafuerte. Siguieron discutiendo algunas cuadras hasta que se produjo el desenlace fatal, en la zona de las Cinco Esquinas. Elonce.com.