El viernes la ministra de Industria, Débora Giorgi, y el secretario de Comercio, Augusto Costa, recibieron en la cartera productiva a representantes de algunas terminales importantes. La reunión, a la que asistieron ejecutivos de Renault, Fiat, Ford y Honda, fue "distendida" y "positiva", pero aún no arrojó definiciones puntuales.
Hoy los funcionarios recibirán en Comercio a General Motors, PSA, Toyota y otras marcas con la misma agenda del viernes.
La mesa de diálogo con el sector tiene una historia que trasciende la coyuntura, pero este cruce es especial al calor de informes que plantean que la industria podría tener números positivos si la realidad automotriz repunta.
En abril, la actividad fabril cayó un 4,4%, según la UIA, quien destacó que "descontando el efecto de la caída del sector automotriz, se observó una suba interanual del 0,2 por ciento". Según la entidad privada, la producción de autos se desplomó el 21,2% debido a la baja en las exportaciones a Brasil y al retroceso del 19,2% en metales básicos.
Con ese dato como base, las partes van a sostener las reuniones "hasta fin de mes", un lapso en el que las empresas deben presentar sus necesidades de divisas para complementar producción e inversión. La idea del gobierno es renovar la asignación de U$S 155 millones mensuales vigente desde enero.
Una expectativa similar genera el debate por el denominado "impuesto al lujo" cuyas posibilidades en discusión son "la continuidad en el estado actual o cambios en la alícuota", trascendió desde las empresas.
Y, en el mismo orden, la renovación del pacto con Brasil por un año es el frente externo de una posible recuperación automotriz, reconocen fuentes públicas y privadas que coinciden en un cálculo optimista pero improbable: "Si levanta la exportación a Brasil, la producción va a llegar a 800 mil vehículos."