Una mala acción de Otamendi terminó en los pies de Nicolò Barella, quien hizo dos paredes con Lautaro, dejó en el suelo a Alejandro Grimaldo, y sacó un remate con su pierna inhábil al segundo palo, a los 14 minutos del primer tiempo. Había marcado en Lisboa y hoy repitió en Milán.
Y justo cuando el ex-Racing marcó el 2-0 de cabeza, el árbitro se lo anuló por un claro empujón previo sobre Otamendi, a los 32. Una situación que aprovechó la visita cinco minutos más tarde a través de Fredrik Aursnes, como para renovar las esperanzas.
Sin embargo, Lautaro y el ingresado Joaquín Correa, en su primera intervención del partido, se encargaron de liquidar la serie, más allá de que António Silva y Petar Musa le pusieron suspenso a la serie sobre el final.
