El trámite fue el que se esperaba: el dueño de casa con la iniciativa y las mejores oportunidades frente a una visita que se refugió atrás e intentó que corrieran los minutos. Los dirigidos por Age Hareide terminaron con la bronca e impotencia de no haber podido lograr la ventaja buscada.
La revancha se disputará el martes, en Dublín. Allí volverán a verse las caras Irlanda y Dinamarca, con 90 minutos por delante y un solo objetivo: sacar el pasaje para la Copa del Mundo.