Independiente hizo lo que tenía que hacer: ganar. Con la victoria ante Unión, el conjunto de Avellaneda se metió entre los cinco primeros del torneo y entró entre los equipos que aspiran a jugar la Copa Libertadores. La diferencia de goles lo favorece. Por eso, el festejo en el vestuario, aunque medido, reflejó el momento que este conjunto está viviendo.
El "Rojo" lo liquidó con mucha capacidad para comprender que a Unión lo tenía que atacar para que el local desnudara todas sus falencias defensivas, la misma que lo caracterizó en gran parte del torneo. Y cuando fue necesario, aparecieron las individualidades. Rigoni hizo la diferencia, pero tuvo aliados de primer nivel, como Tagliafico, Sánchez Miño, Nery Domínguez, Barco y Albertengo. Unión, en cambio, apareció a cuentagotas en el partido. Muy poco para frenar el ímpetu visitante.
Con este resultado, Independiente sabe que para alcanzar los objetivos sólo depende de su juego. En el fútbol de hoy, eso es una gran ventaja.
