Ninguno de los dos supo mostrar el nivel que realmente los identifica. Pese a que el resultado fue justo (si debía haber un ganador, hubiese sido el local) y no le disgustó a ninguno de los dos, la promesa del buen juego quedó en la nada misma. En un primer tiempo que parecía escaso de situaciones de gol, en donde Melivilo de tiro libre fue el que estuvo más cerca, finalmente terminó siendo más entretenido y mejor jugado que el complemento. Este tampoco estuvo a la altura de las circunstancias, ya que careció de un nivel satisfactorio de juego y sólo exhibió un cabezazo de Claudio Mosca, que se fue al lado del palo derecho de Griffo, pero que terminó convirtiéndose en la más clara del visitante para llevarse los tres puntos a cinco minutos del final.
Muchos se ilusionaron con disfrutar un partido de ida y vuelta, pero terminaron viendo todo lo opuesto: un duelo apático, sin mucha ambición, casi sin emociones, que mostró a dos equipos conformes con el negocio del punto obtenido.