En diálogo con Elonce TV, cuenta que es de La Floresta y hace 28 años que realiza este trabajo. Supo criar a sus hijos más grandes, sólo con el sustento de esta actividad. Hoy, a este oficio casi en extinción lo realiza los fines de semana, porque de lunes a viernes trabaja en la municipalidad. Asegura que no lo dejará y con orgullo afirma que una de sus satisfacciones máximas es que, "como afilador" sustenta el estudio universitario de su hijo más chico, que comenzó a estudiar en Oro Verde. Sábados y domingos sale en su bicicleta, acondicionada para la actividad, cargando un esmeril, herramienta que gira una piedra con el mismo nombre en forma de disco para afilar y pulir metales. Ramón toma por el ango los cuchillos y choca el metal contra la piedra hasta que la navaja sea más cortante. A las herramientas las hace fabricar, detalla.
A este oficio "lo recibió", según rememora el hombre, "en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, cuando un tal Soriano, junto con mi hermano, me enseñaron este oficio. Me gustó y lo seguí. Me recorro Paraná todos los sábados y domingos, porque entre semana trabajo en e l municipio, así que con esto, me hago de otro sueldito", detalla. "Voy a San Agustín, Humito, Mosconi, Anacleto Medina, Giachino; al centro lo hago los domingos", afirma.
Dijo que este oficio "le da mucha alegría, orgullo y satisfacciones". En este sentido acota, "conozco mucha gente, me demuestran el aprecio que me tienen. Ya cuando me escuchan, dicen, ` Ahí va el afilador, hay que llamarlo"".