Paraná "Con un oficio se puede vivir"

Un oficio "al filo" del recuerdo: el de Ramón, afilador de cuchillos

Ramón Godoy, más conocido por los paranaenses como El Pelado, o Moncho, recorre las calles de la ciudad, con el peculiar sonido de su silbato en busca de cuchillos, tijeras y demás objetos punzocortantes que pueda afilar, conoció Elonce
Ramón es uno de los pocos que aún realiza este oficio, en Paraná.

En diálogo con Elonce TV, cuenta que es de La Floresta y hace 28 años que realiza este trabajo. Supo criar a sus hijos más grandes, sólo con el sustento de esta actividad. Hoy, a este oficio casi en extinción lo realiza los fines de semana, porque de lunes a viernes trabaja en la municipalidad. Asegura que no lo dejará y con orgullo afirma que una de sus satisfacciones máximas es que, "como afilador" sustenta el estudio universitario de su hijo más chico, que comenzó a estudiar en Oro Verde.
Sábados y domingos sale en su bicicleta, acondicionada para la actividad, cargando un esmeril, herramienta que gira una piedra con el mismo nombre en forma de disco para afilar y pulir metales. Ramón toma por el ango los cuchillos y choca el metal contra la piedra hasta que la navaja sea más cortante. A las herramientas las hace fabricar, detalla.

A este oficio "lo recibió", según rememora el hombre, "en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, cuando un tal Soriano, junto con mi hermano, me enseñaron este oficio. Me gustó y lo seguí. Me recorro Paraná todos los sábados y domingos, porque entre semana trabajo en e l municipio, así que con esto, me hago de otro sueldito", detalla.
"Voy a San Agustín, Humito, Mosconi, Anacleto Medina, Giachino; al centro lo hago los domingos", afirma.

Dijo que este oficio "le da mucha alegría, orgullo y satisfacciones". En este sentido acota, "conozco mucha gente, me demuestran el aprecio que me tienen. Ya cuando me escuchan, dicen, ` Ahí va el afilador, hay que llamarlo"".

Con un oficio se puede vivir

Manifestó su deseo de que "ojalá nunca se pierda este oficio, es como el del carpintero, el tapicero. Hay que entender que con un oficio se puede vivir".
Confió, en tanto, que cada fin de semana, al salir a la calle en su bicicleta, "me convoco a Dios, que haga lo que tenga que hacer en mi camino y me voy. Me anima a seguir, la posibilidad de dar el bienestar a mis hijos, con lo que obtengo con este trabajo". Elonce.com.
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