
Toda familia, que tiene un hijo en el sexto grado de la primaria o, el quinto año de la secundaria; debe hundirse en gastos que sobrepasan el estrecho presupuesto del grupo familiar.
Es que, a las remeras y camperas de último año, se suma el viaje a las sierras o, la nieve, según los casos. Incluso, en la actualidad, también se organizan viajes al exterior.
Tras el golpe al bolsillo que aún no se recuperó del viaje de egresados, la familia ya debe comenzar a tener en cuenta, la fiesta de egresados, el pago de la tarjeta, la vestimenta, el DJ, y el costo de los fotógrafos. La suma es interminable.
Si bien, esos objetivos, ponen en marcha una suma de voluntades de chicos, sus familias y las autoridades escolares para solventar los costos; la gran mayoría de las veces, son situaciones que terminan generando exclusiones de todo tipo y son inalcanzables para algunas familias.
Además, y pese a los altos costos; muchas veces, las familias deben someterse a condiciones abusivas por parte de algunos actores del sector.
En la actualidad y ante la situación económica, muchos grupos de estudiantes y sus familias, comenzaron a buscar alternativas para que el festejo sea un momento para compartir entre todos y evitar que se centre en el brillo de las luces, los vestidos, los peinados y los trajes de moda.
A la par de esas iniciativas individuales para generar condiciones de mayor igualdad en los grupos de egresados, se implementaron programas nacionales y provinciales, que buscan fomentar la inclusión, y poner al alcance de todos, la posibilidad de viajar, conocer y despertar el interés en descubrir nuevos valores.
El tema fue debatido en El Ventilador, de Elonce.
Fiorella Piedrabuena: “Como grupo decidimos ir a Chapadmalal y juntar dinero para poder viajar”

Comentó que “no todos podían pagar el viaje a Bariloche o a Carlos Paz, entonces como grupo decidimos lo de Chapadmalal. Hay dos chicos que viajan ahora y después en diciembre se van a Carlos Paz porque se organizaron y pueden pagarlo”.
Explicó que para juntar dinero “primero pensamos en la venta de tortas fritas y después los chicos que cortan el pelo y lavan autos sugirieron hacerlo también. A todo lo hicimos en la puerta de la escuela. Hacíamos flyers y los subíamos en todos lados. Nos fue bien por suerte. Agradecemos al Club San Miguel, que está frente a la escuela, que nos cedieron las instalaciones para las primeras actividades. A veces nos daban bajones, porque no llegábamos, pero pudimos y el lunes a la noche salimos”.
“Yo ingresé este año con los chicos y el resto se conoce desde hace mucho, desde la primaria”, dijo.
Adriana Metrollie, profesora: “Los chicos se pusieron el viaje al hombro”

“Hicimos venta de alfajores, de pizza y no todos tenían la misma llegada de ventas porque no todos se animan a vender, porque les da un poco de vergüenza. Empezamos a buscar qué se animaba a hacer cada alumno y explotar sus habilidades. Había chicos que no querían vender, pero saben lavar autos porque tienen esa profesión, entonces se sumaron. Otros que son peluqueros, pusieron la barbería en la escuela. Así poco a poco fueron sumando actividades”, señaló.
Remarcó que “esto era impensado para los chicos. Ellos hicieron de todo, se pusieron el viaje al hombro porque no salían los subsidios y no había manera de que las familias pudieran pagarlo. Se hizo venta de pizzas, tortas fritas, budines, bingo virtual, rifas, seguimos recaudando. La escuela apoya a los chicos y por eso el viernes vamos a estar vendiendo en la institución. Se puede colaborar con el alias: adriana.softbol”.

Otero: “En Entre Ríos tenemos un programa que se llama Conociendo mi provincia”

Dijo que “para este año los cupos están todos cubiertos para las escuelas, porque por lo general para armar sus proyectos de viajes necesitan tener con anticipación la fecha. Deben presentar el proyecto, se aprueba en la Departamental de Escuelas”.
“Dentro de los hoteles tienen actividades programadas. Son muy lindos, se pusieron en valor los hoteles. En Embalse se sumaron dos. Cada complejo tiene sus actividades propias”, resaltó.
Por otra parte, y respecto al trabajo que se hace en Entre Ríos, dijo que “nosotros trabajamos con instituciones que a veces ni se plantean hacer viajes a Bariloche o a Carlos Paz, que por ahí son más comerciales. Hemos desarrollado una línea exclusiva para los chicos, porque también trabajamos con adultos mayores o personas con discapacidad”.
“Con las escuelas tenemos un programa que se llama `Conociendo mi provincia`. Nosotros notamos el cambio, sobre todo después de la pandemia, porque el primer turismo era el de cercanía, podías recorrer más que nada la provincia. A las escuelas les empezó a cambiar un poco la cabeza y nosotros empezamos a mostrar más los atractivos históricos, culturales, parques nacionales. Hacemos viajes de un día con escuelas que lo soliciten. El otro día trajimos chicos de Villaguay Este a Paraná, que no sabían lo que eran los edificios. Le preguntaban a nuestra guía qué era eso y si vivía ahí”, expresó.
Informó que “para trabajar de forma más ordenada, a través del SAGE, que es una plataforma educativa que tienen las escuelas, y a través del directivo que maneja la clave, acceden a la parte de turismo social para solicitar los viajes. La demanda creció 100% respecto al año pasado. Somos la única provincia que tiene transportación propia para hacer los viajes de turismo social”.
Por consultas comunicarse al 4222593 o a tsocial.er@gmail.com

La opinión de los panelistas
Javier Aragón, contó que “hoy a la tarde llegaron chicos de cuatro colegios de Paraná en una empresa aérea y de turismo. Viajaron con la ilusión de pasarla de la mejor manera. Hace 18 meses pagaron 170 mil pesos. Este año esa misma empresa está cobrando 440 mil pesos. Para el 2025 están cobrando 725 mil pesos. Viajó el 50 por ciento de esos establecimientos educativos religiosos privados de Paraná, el otro porcentaje no pudo pagar. Con muchas cosas no les cumplieron, no les querían reconocer cuestiones que estaban incluidas. Entienden que fueron estafados”.Beto Magliochini, opinó que “cuando me fui de viaje de egresados me cumplieron en su gran mayoría las cosas pautadas, pero siempre había un detalle, algo que te ratoneaban”.
Antonia Rodríguez, comentó que “no fui de viaje de egresados, pero mis compañeros contaron que la pasaron muy bien”.

María Laura Álvarez, dijo que “antes los viajes duraban siete días y ahora son tres. Mi hija no quiere ir al de ella porque no duerme sin nosotras”.
Raúl Balbi, contó que “en mi época la situación también era difícil y hacía mucho frío. Nosotros fuimos a Mendoza. Fuimos todos al viaje”.
Corina Beisel, señaló que “me quito el sombrero por ese grupo humano de 27 personas y los aplaudo de rodillas por todo lo que han hecho para conseguir el dinero y poder viajar".