
Ricky Martin, Marley, Luciana Salazar, Ricardo Ford, Florencia de la Ve y Topa son algunos de los casos famosos de personas que en el último tiempo recurrieron a la subrogación de vientre para cumplir con su deseo de maternar o paternar.
Si bien en la Argentina es una práctica que aún no está legislada, son cada vez más las parejas o individuos que emprenden el proceso de subrogación y si bien no existen cifras oficiales, afirman que se realizan más de 200 procedimientos por año.
¿Es legal alquilar un vientre en nuestro país? La situación es difusa porque si bien no existe una ley que prohíbe o legalice la práctica, hay una trama que complejiza el proceso. Para el artículo 562 del Código Civil, es madre de un niño aquella que lo gesta. Por ese motivo, quienes intentan llevar adelante la gestación subrogada en Argentina deben hacer una presentación judicial para pedir autorización, como hizo la pareja de Gualeguaychú.

En Estados Unidos puede variar entre 150 y 200 mil dólares. En Ucrania, antes de la guerra, el tratamiento salía cerca de 50 mil dólares. En cambio, aquí, los costos de la subrogación solidaria pueden rondar en los 15 a 20 mil. Los especialistas en la cuestión y que ven a la gestación solidaria como un derecho, solicitan que esté en la agenda legislativa para evitar gestantes manipuladas o un aprovechamiento de un estado de necesidad o vulnerabilidad.
Algunos piensan que es una barbaridad, ya que la gestante se usa como envoltorio desechable. Ante esta situación, hay quienes consideran que una mujer no es libre de decidir cuando está atada a hacer algo, como subrogar por necesidad. Asimismo, admiten que hay un limbo jurídico cuando se habla de compensación económica para la gestante, porque las líneas se pueden comenzar a desdibujar. Quizás una ley que regule la subrogación altruista dando certezas en marco legal, seguramente pondrá un fin a lo económico. Es importante definir expresamente la cuestión legal. Afirman que es indispensable una ley que detalle si la gestación comercial está habilitada o no. Además, siempre sobrevuela el debate sobre la compensación económica hacia la mujer que alquila su vientre. Es una mujer que se tiene que hacer estudios, que deja de trabajar y seguro tenga que hacer reposo. ¿Está mal que tenga una recompensa?

El tema fue debatido en El Ventilador, programa que se emite por Elonce los martes y jueves a las 21.30.
Cabrera: “Argentina no permite la postulación, no se permite un banco de receptoras o posibles gestantes”

“Hay varios casos, tanto de parejas homo como hétero. Tenemos en curso varios tratamientos con parejas homo, pero este fue el primer caso positivo desde lo legal”, resaltó y añadió que “es importante el tratamiento médico, pero también psicológico, antes de pasar a lo legal. Hay que hacer un montón de test, tanto a la pareja como a quien va a subrogar”.
Indicó que hay un protocolo para llevar adelante estos casos, el cual “aprobó la Sociedad Argentina de Medicina, tanto desde lo médico como psicológico. Una vez que pasan todos los protocolos médicos, para que el embarazo no corra riesgo, se pasa al psicológico. Si es una paciente diabética, obesa o hipertensa, el embarazo se puede llegar a complicar. Se sugiere que ya haya tenido un hijo, pero es sugerencia, no obligación”.
“Argentina no permite la postulación. No se permite un banco de receptoras o posibles gestantes. Eso existe en otros países, como EE.UU y demás, Argentina tiene limitada esta parte para evitar que sea algo comercial o de rutina. Por eso habitualmente la pareja es conocida”, agregó.
Ratificó que “el bebé que nace no es hermano ni hermana del que la mujer tenga previamente, no comparten ADN. Tampoco jurídicamente”.
El tratamiento en Argentina “es mucho más económico que en todo el mundo. Cuesta entre 10 mil y 13 mil dólares. No hay cobertura de obra social porque se lo considera un tratamiento particular”.
A partir de este caso “tuvimos más consultas porque al sentar jurisprudencia allana el camino a un montón de personas que buscan tener un hijo”.
Perelstein: “Hay tratamiento psicológico previo al tratamiento, durante el embarazo y posterior”

“Las personas con las que hemos trabajado han tenido un vínculo porque no hay un registro de gestantes. La pareja viene con una pretensa gestante y generalmente hay un vínculo”, dijo.
“Se hicieron todos los estudios para conocer cómo era la relación y cómo era el deseo de continuar. La mujer que va a gestar quiere seguir en contacto con este niño o niña. Tiene que haber un tratamiento psicológico previo al tratamiento, durante el embarazo y posterior. No hay tiempo determinado, es lo que la mujer gestante requiera. El día del nacimiento también está pautado el acompañamiento psicológico”, remarcó.
Por otra parte, comentó que “la adopción es una forma de maternidad y paternidad diferente a esta, porque en general esos niños que están en instituciones usualmente, ya tienen una historia de vida. Tienen una historia de vulnerabilidad previa y por ese motivo fueron sacados de sus casas, porque no han tenido una familia que los contenga. No tenemos niños que los padres vayan y los quieran dar en adopción”.
Boeykens: la gestación solidaria “abre la puerta para que las posibilidades en Entre Ríos empiecen a ser efectivas”

En la oportunidad, el letrado conocido por ser un defensor de los Derechos Humanos, reconoció sus primeros reparos en torno a la práctica, pero a Elonce confesó: “Cuando me senté con el juez, el equipo técnico y comenzó la entrevista a la gestante, fue tan clara la mujer que se plantó con una firmeza que las dos profesionales que entrevistaban, la psiquiatra y la psicóloga, se largaron a llorar. Ella dijo `este es un gesto de amor, un gesto de solidaridad y mi hijo de diez años no solo sabe lo que estoy haciendo, sino que está orgulloso de mi porque voy a dar vida y la posibilidad de que sea alguien feliz como lo soy yo teniendo un hijo´”.
Punto aparte, Boeykens aclaró que ese niño o niña no tendrá ningún vínculo jurídico ni con la persona gestante ni con ese entorno familiar. “En el artículo 558 del Código Civil se obturó la posibilidad de la subrogación de vientre, por discusiones religiosas, políticas, ideológicas y empresariales, y se habla de la filiación parental por naturaleza, por adopción o por tratamiento de reproducción humana asistida; pero la gestación solidaria sería esto último con la incorporación de una tercera figura que es la de la gestante”, especificó.
“El derecho regula conductas sociales y en este caso hay una conducta social preexiste que debe ser regulada; lo mismo ocurrió con el aborto”, comparó.
“Necesitamos de una regulación que dé seguridad jurídica a las personas que quieran acceder a una maternidad/paternidad mediante la figura de la subrogación de vientre con la legislación lo más acaba posible, con todas las discusiones que haya que dar y avanzar en una legislación”, insistió el defensor de DDHH. Y agregó: “Ahora tenemos una herramienta clara y efectiva respecto del cómo hacerlo porque, antes, se esperaba a que el niño o niña nazca y había que acudir a una impugnación de maternidad, un proceso de adopción, que no era la figura que se necesitaba. Ahora, con este acuerdo de partes y homologado judicialmente para que ese niño o niña cuando nazca no tenga un vínculo jurídico por naturaleza con la mujer gestante, sino que sea inscripto en el Registro Civil como hijo o hija de los padres con voluntad procreacional, ahí está abierta la puerta para que las posibilidades en Entre Ríos empiecen a ser efectivas”.
La opinión de los panelistas

“Entiendo que es necesaria una ley que intervenga para darle un marco legal, para que no podamos hacer en el medio cualquier cosa y que todo esté habilitado. Cuando hablamos de la libertad de la mujer, al final cuando las mujeres decidimos hacer algo con nuestro cuerpo como esta amiga que quiere poner su vientre, ¿por qué tenemos que condenar o cuestionar? Es la decisión libre de una mujer que elige poner su vientre. Sino, a fin de cuentas, dónde está la libertad de esa mujer”, se preguntó.
Beto Magliochini, dijo que “esto es un acto de amor, quienes se involucran en el proceso lo hacen pura y exclusivamente por amor. Que después haya negocios, creo que es como en todos lados. Conozco un caso de amigos que hicieron el proceso pero en Ucrania. No sé por qué eligieron allá, entiendo que quizás por la lejanía y porque después en Argentina alguien puede llegar a reclamar el acercamiento. Vivieron un calvario porque les dijeron que tenían que ir como podían y saldrían también como puedan. No había certezas de nada, solo que su hijo los esperaba”.
“El contrato que se pide es abusivo para la persona gestante en Ucrania. Por qué lo firmó no sé, entiendo que por la necesidad de la parte económica”, dijo.
María Laura Álvarez,indicó que “en algunos casos, la pareja que va a tener el bebé decide si la persona que subrogó el vientre podrá seguir viéndolo y teniendo contacto con el pequeño. Eso depende de qué quiera. Convengamos que es el esperma de un hombre, el óvulo de una mujer y el vientre es como una cuna nada más”.
“Mi hija vino a este mundo por inseminación casera. Nosotras después con mi pareja fuimos a la adopción de integración, que se hizo en Paraná. Fue el primer caso que se dio. Isabella nación en el 2013 y no podíamos anotarla porque somos dos mamás. Yo quedé embarazada con el consentimiento de mi pareja. Mi hija no tiene ningún tipo de vínculo con ese hombre. Para mi hija es lo más sano y lo más normal. Ella sabe algo de todo este proceso”, comentó.
“Si ella el día de mañana quiere conocerlo para mi será con la verdad, que es la base de todo amor. Le han preguntado si no tiene papá y ella dice: `tengo dos mamás´. Los chicos vienen con otro chip”, agregó.

Analía Varela, indicó que “estoy absolutamente en contra. Creo que es una nueva forma de explotarnos a las mujeres. No es lo mismo un deseo que un derecho. En función de un deseo, absolutamente válido, como puede ser el de cualquier persona en transformarse en padre, se vulneran derechos que son fundamentales, como el derecho a la filiación, a poder practicar una interrupción del embarazo”.
“En India dejaron de habilitar que los extranjeros puedan hacer este tipo de `turismo de gestación´. Hay mucha mirada puesta en la idea de la familia de esa pareja que consigue tener un hijo y hay muy poca mirada sobre las implicancias de las mujeres gestantes”, resaltó.
“Hay grupos en Facebook donde se ofrecen las mujeres, algunas por una casa, otras por dinero”, agregó. Y consideró: “no es lo mismo donar esperma que gestar un bebé nueve meses, no podemos compararlo”.

Alejandro Abero, indicó que “desconfío mucho de las decisiones que se toman teñidas con una situación de religión. Muchos proyectos de ley, el último de 2016 es muy interesante. Hay decisiones en el país que han sido teñidas e influenciadas por la religión y eso hizo que hoy, por ejemplo, no tengamos ley. Al no tener ley hay una decisión que puede tomar un juez para un lado o para el otro”.
Antonia Rodríguez, dijo que “entiendo a las personas que eligen tener un hijo y si es alguien cercano a la familia, que va a poder seguir en contacto con esta persona, con este bebé, no me hace ruido, sería maravilloso, incluso para la persona que lo hace con todo el amor del mundo. Ahora, desde el lado de pasarlo por la cuestión mercantilista, ahí sí me parece un problema, porque pasa a ser una especie de prostitución con el cuerpo. Está vendiendo su cuerpo”.