El hecho ocurrió en un galpón ubicado en Altas Cumbres al 4000, en barrio Cárcano.
Marcelo, el propietario del galpón, dijo que se dedica a comprar autos chocados y venderlos una vez que son reparados.
Los vehículos quedaron sepultados por los ladrillos: dos son del dueño de la obra y los otros dos estaban a la venta. Solo fueron daños materiales, no hubo heridos. Sin embargo, las pérdidas fueron totales.
Los vecinos se despertaron con el ruido del colapso. Otros se sorprendieron cuando salieron a la calle. Un joven, aseguró que la pared no tenía ningún tipo de apuntalamiento para que la sostuviera.