Sociedad Reencuentro

Viajó un año en bicicleta desde México hasta Argentina para ver a su novia

Carlos llegará hoy a Mar del Plata después de pedalear un año con su bicicleta. Atravesó toda Latinoamérica para encontrarse con Agustina, su pareja, a la que no veía desde hacía dos años. Una historia de amor que no conoce de fronteras.
La historia de Carlos y Agustina no conoce de límites ni fronteras. Ambos se conocieron hace cinco años en un intercambio que realizaron en España y desde entonces sostienen una relación a distancia. Como a todos, la pandemia de coronavirus modificó los planes de esta pareja y él decidió emprender un viaje en bicicleta desde su México natal. Después de pedalear durante un año, este martes llega a Mar del Plata.

Ambos coincidieron en 2016 en la Universidad de Málaga. Él estudiaba administración de empresas por lo que no llegaron a conocerse en las aulas, más allá de que realizaron el intercambio en la misma universidad. El plan para 2020 era que ella se recibiera de kinesióloga y se fuese a México para estar con él y buscar una oportunidad laboral. Pero la pandemia les cambio todos los planes.

Así fue que Carlos partió en noviembre de 2020 desde Puerto Vallarta. Si bien estimaba que tardaría cinco meses en llegar a Mar del Plata, los plazos del viaje se extendieron más de lo pensado, pero este mexicano de 27 años no dejó de pedalear para cumplir su sueño. Durante doce meses, atravesó toda Latinoamérica encima de su bicicleta.
De todas maneras, Carlos y Agustina ya se reencontraron hace algunas semanas. Avanzado el viaje, ella decidió adelantar el encuentro. Se tomó un avión hacia Córdoba y pasaron cuatro días juntos. "Fue un reencuentro lindo, pero fue duro estar dos años sin vernos. Ahora voy a estar un tiempo allá. La idea es quedarme mínimo un año en Argentina y ver qué pasa", cuenta al portal 0223.
Durante el trayecto, Carlos se las ingenió para solventar los gastos: rifó su propia cámara y computadora; invirtió en merchandising y hasta le donaron dinero desde las partes más remotas del mundo para que continuara con su travesía.

"Ha sido un viaje que me ha cambiado en positivo. Me ha hecho más agradecido, más consciente. Cuando uno tiene un sueño a veces se frustra porque no le sale. Todo sueño tiene sus momentos difíciles. Son escalones que al final, si tienes constancia, lo vas a lograr", reflexiona.

"Mientras uno tenga una idea clara y positiva puede lograr muchas cosas. Estoy dando todo de mí. A eso venimos al mundo: a dar todo. Estoy muy contento con el viaje que hice. Se puede ir por los sueños", agrega.

Su periplo por América Latina le dejó decenas de anécdotas, pero él se queda con una en especial: al entrar a Perú no tenía inflador porque se lo habían robado en Ecuador y necesitaba comprar uno, pero no tenía dinero. Le pidió ayuda a Dios y al rato se encontró un teléfono celular Samsung que se lo vendió a un hombre al costo de un inflador.
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