Sociedad Iba a morir y sanó

Milagro paranaense: En qué consiste el síndrome epiléptico que curó Juan Pablo I

Candela Giarda tenía 10 años cuando contrajo la enfermedad que la llevó a un estado vegetativo. Los médicos no sabían que más hacer y su recuperación se la atribuyen a un milagro del Papa Juan Pablo I que será beatificado.
El Vaticano acaba de reconocer como un milagro la curación inexplicable de una niña oriunda de la ciudad de Paraná argentina, que en 2011 se encontraba en estado vegetativo en la Fundación Favaloro, tras haber sido derivada. Candela Giarda tenía 10 años cuando los médicos que la atendían ya no sabían que más hacer y consideraban que no tenía chances de sobrevivir.
La joven que ahora tiene 21 años se enfermó del síndrome epiléptico por infección febril (FIRES) un trastorno poco frecuente que provoca una encefalopatía epiléptica aguda y potencialmente fatal.
El FIRES se desarrolla de manera repentina en niños y adolescentes previamente sanos y la prevalencia de este cuadro se estima en 1 cada 100 mil niños y adolescentes.

En 1961 se lo describió por primera vez como “encefalopatía de origen oscuro en bebés y niños” y recién en 2010 se acordó su nombre FIRES.

En julio del año pasado, investigadores de Polonia publicaron un artículo donde indican que también puede haber casos en adultos.

Sin embargo, el síndrome epiléptico por infección febril se da principalmente en niños y adolescentes de entre 3 a 15 años, previamente sanos y con un desarrollo normal.

Suele aparecer tras una enfermedad febril simple y sus síntomas incluyen la aparición súbita de crisis convulsivas focales recurrentes.

A esto se le suma una epilepsia focal refractaria junto con una pérdida de la memoria y conducta.

En algunos casos puede presentar también trastornos psiquiátricos y ocasionalmente discapacidad motriz.

En las circunstancias más graves, la enfermedad conduce a un estado vegetativo o semi-consciente que puede llevar a la muerte, según indica la plataforma Orphanet.

Se desconoce la causa que lo genera y algunos especialistas sostienen que puede deberse a una inflación abrumadora como respuesta a una infección menor. Nuevas investigaciones sugieren que los niños pueden estar genéticamente predispuestos a desarrollar esta inflamación.
El milagro
Este miércoles el Vaticano reconoció como un milagro la curación inexplicable de Candela que en 2011 se encontraba en estado vegetativo en la Fundación Favaloro. Tras ser desahuciada por los médicos, su madre, junto a un sacerdote, empezaron a rezar a Juan Pablo I y, de la noche a la mañana, la situación de la niña se revirtió totalmente.
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