Sociedad Denuncia complicidad policial

“La perpetua duró cinco días”, lamentó madre de víctima tras la fuga de homicida

El ex penitenciario Roberto Rejas se escapó del destacamento de bomberos en el que estaba detenido, a la espera de su traslado a un penal. Había sido condenado a perpetua. Familiares de las víctimas lamentaron lo sucedido.
Amalia no tiene voz. Apenas se la escucha del otro lado del teléfono. Toma un poco de agua e intenta responder, entre el dolor y la bronca. Es tanta la impotencia que, a medida que avanza en el relato, recobra fuerza y termina recuperando el volumen habitual.

"Que se sepa públicamente que esto estuvo todo planeado. Ninguna ventana, Rejas se escapó por la puerta de entrada. Acá hubo dinero de por medio, si no no se puede explicar", se indigna Amalia Ojeda (61), la mamá de Milagros de los Ángeles Avellaneda Ojeda (25), víctima de un femicidio, junto a su bebé Benicio, el 28 de octubre de 2016. El miércoles pasado, el ex penitenciario Roberto Carlos Rejas (36) fue condenado a perpetua por "doble homicidio triplemente agravado". Según pudo constatar la Justicia, aunque nunca encontraron a las víctimas, Rejas los asesinó e hizo desaparecer los cuerpos de su pareja (Milagros) y del hijo que tenían en común (Benicio).

Después de cinco años de lucha, del entorpecimiento de la investigación y de reiteradas denuncias por encubrimiento, el brutal femicidio llegó a juicio.

"Yo no estaba ni aliviada ni satisfecha. Lo único que me ayudó después de la condena era saber que no iba a estar más socializando por la calle. Le dije a mi nieto, de 11 años: 'La persona que le ha hecho daño a tu mamá y al resto de la familia fue condenado a prisión perpetua'. Y mirá vos, la perpetua duró cinco días. Ya me vino a preguntar quién escapó y no pude decirle", describe Amalia en su casa del barrio Lola Mora, al este de San Miguel de Tucumán.

Tras la condena, Rejas fue trasladado por orden judicial a la Dirección General de Bomberos, a 350 metros de los Tribunales. Se trata de un destacamento donde conviven bomberos y detenidos, principalmente miembros de fuerzas de seguridad involucrados en causas penales y que terminan alojados allí en vez de comisarías o penales, con el resto de los presos.

Un lugar inapropiado
En este lugar no hay calabozos ni lugares de encierro. Al momento de la fuga, Rejas convivía con otros seis detenidos y estaba destinado a una oficina de informática en desuso. Podía recibir visitas -sus amigos estuvieron con él el domingo-, circular por las instalaciones, mirar televisión o usar el teléfono.

Según la versión oficial, este lunes por la noche, entre las 21 y las 22, le habían dado pedido permiso para bañarse. Como tardaba más de lo habitual, uno de los tres policías a cargo de la custodia fue a ver qué estaba pasando: Rejas ya no estaba.

Presumen que escapó por una ventana del vestuario y se arrojó desde el primer piso, con la complicidad de un auto o una moto que lo esperaba en los alrededores.

En los registros de las cámaras de seguridad, dijo a Clarín Silvia Furque, la abogada de la familia Avellaneda, un vehículo blanco fue detectado "merodeando los alrededores del destacamento" y, posteriormente, lo encontraron abandonado en el centro de Tucumán.

La peligrosidad de Rejas, además de la gravedad del delito que cometió, está acompañada por sus vínculos con las fuerzas de seguridad. Además de ser un ex penitenciario, con amigos en los penales provinciales, es hijo de un jefe de la Policía Federal retirado, llamado Roberto Fernando Rejas (67), que se desempeñó en la asesoría pericial.

Sospechas sobre su padre
Rejas padre fue señalado durante el juicio y pidieron que se inicie una investigación para evaluar su participación en el encubrimiento del crimen. Entre los hechos que se develaron, por ejemplo, trascendió que declaró haber pedido a su hijo que busque en Google "cuánto tardan en descomponerse los cuerpos" para una clase de criminología, aún cuando ese contenido no estaba en su currícula, pero con su declaración buscaba justificar los resultados encontrados en la computadora del acusado.

Las hermanas de Rejas también son peritos y policías de la Federal, por lo que la familia presume que contaba con el dinero y la estructura para planificar la fuga.

"Nosotros pedimos la inmediata detención del padre y de las hermanas de Rejas. Se necesitan recursos, conocimientos y logística para poder escaparse de esta manera. No tenemos dudas de que Rejas recibió ayuda de su familia. Fuimos los primeros en decir que ese lugar no era apto para alojar a un detenido de esta peligrosidad", cuestionó Furque.

Amalia, enojada y asustada tras la fuga, recibió el acompañamiento de sus vecinos durante la madrugada. Apenas se conoció la noticia, se convocaron en su casa para cuidarla y también en la puerta del destacamento de Bomberos.

"Él llegó al juicio libre, por eso no tengo dudas de que esto ha sido preparado. Rejas no se escapó, lo hicieron escapar. ¿Cómo va a salir por una ventana? El lugar tiene un solo portón de salida. Ahora los que estaban de guardia están declarando. Lo que quiero es que queden detenidos, que sean destituidos de sus cargos, porque permitieron que se diera a la fuga un asesino", exigió la mujer, que además se quejó por la falta de comunicación del jefe de la Policía de Tucumán, Manuel Bernachi, y el ministro de Seguridad de la Provincia, Claudio Maley.

En declaraciones a medios locales, Maley anticipó que el Gobierno dispondría una recompensa de entre 1,5 y 2 millones de pesos para quien pueda aportar información respecto del paradero de Rejas, pero esa información no había sido oficializada hasta la tarde del martes.

Otra fuga
Tras la salida de Juan Manzur, para asumir el cargo de Jefe de Gabinete de ministros de la Nación, el gobernador interino, Osvaldo Jaldo, y su ministro de Seguridad, quedaron en el foco de la tormenta. Es que, además de Rejas, se escaparon tres detenidos -cerca de las 3.30- de la comisaría de Los Aguirre, ubicada en la localidad de Lules, a unos 20 kilómetros del centro de la capital tucumana.

Al momento de la fuga, Rejas llevaba puesta una remera blanca, pantalón de gimnasia y zapatillas negras. Fueron notificados puestos fronterizos de la provincia, para evitar que el fugitivo salga de Tucumán, así como también se transmitió el alerta en fronteras y aeropuertos.

"Necesitamos la ayuda de todos los argentinos para la captura de este asesino.Y una vez capturado, que vaya a la cárcel, pero sin estos privilegios. Que vaya con los presos comunes y que cumpla con su condena porque destruyó una familia. Todo el trabajo de la fiscalía, de mi abogada, toda la lucha no pudo haber sido por nada", ruega Amalia.

Y cierra: "Lloré muchísimo, pero después me recuperé porque me juré a mí misma no llorar más. Esto es demasiado duro. La gente me dice: '¿De dónde sacás tanta fuerza para seguir de pie?' Y yo les digo que por mi nieto. Mi familia está incompleta. La familia de Rejas sigue completa, la mía no".
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