Sociedad

Frigoríficos de pescados expresaron preocupación por la bajante del río

Las plantas frigoríficas entrerrianas expresaron su preocupación por la extraordinaria bajante del Paraná y rechazaron las acusaciones que ubican a la actividad como depredadora del recurso natural del río.
La Cámara Argentina de Frigoríficos de Pescados de Ríos Sustentables, conformada por las empresas entrerrianas Pablo Ariel SRL, Lyon City SA, Riverfish SRL y Curimba SA, recordó que la pesca comercial en Entre Ríos “es una actividad productiva, lícita, estrictamente regulada y con una trayectoria ininterrumpida” que lleva “casi 40 años”.

Señaló además que se vincula “a un sector compuesto por más de tres mil pescadores, un centenar de acopiadores, transportistas, fileteros y cuatro empresas frigoríficas que emplean de manera directa a más de 320 familias”.

En el actual contexto, ante la extraordinaria bajante del río Paraná, la Cámara expresó su preocupación pero, a la vez, objetó las acusaciones en torno a que la actividad es depredadora de los recursos ictícolas. En ese sentido aseveró que “el sector está haciendo un esfuerzo sin precedentes, desarrollando su actividad con un 25% del cupo de exportación normal, y preservando el mantenimiento de cientos de fuentes de trabajo directas e indirectas, a un ritmo de subsistencia e incertidumbre casi insostenible”.

Por eso cuestionó a quienes “pretenden presentar a la industria sobre la base de un escenario anómico y anárquico, con una minoría de ‘ganadores’ y mayoritarios ‘perdedores’”.

“La pesca de río y su cadena de valor no surgió de ‘la noche a la mañana’ para favorecer a advenedizos e inescrupulosos empresarios, tiene una historia asociada a la identidad geográfica y social de la provincia de Entre Ríos”, expresó la Cámara y subrayó: “Es innecesario explicar que rentabilidad y sustentabilidad son conceptos recíprocos y sin el recurso ictícola, no hay actividad”.

Recordó que “la pesca es totalmente artesanal, no hay barcos factorías, ni redes de arrastre como en el mar”; que todo está regulado en torno a la actividad (“el precio del pescado, la cantidad que puede capturarse, dónde puede hacérselo, el tamaño o medida de la presa, los días en que puede hacerse, las especies y el modo de pescarlas”); y que “los frigoríficos no reducen su actividad a la exportación de productos de la pesca, sino que le ‘agregan valor’ al mismo, multiplicando las fuentes de trabajo”.

“No trata de “pesca si o pesca no”, sino de los límites que a la misma se le fijan para alcanzar el sano equilibrio”, resaltó más adelante y afirmó que “la eliminación de la actividad pesquera no hará necesariamente mayor beneficio a la biomasa del río” y, en cambio, “condenará a casi cinco mil familias entrerrianas al desamparo absoluto, asestando un golpe fatal sobre una actividad tradicional y arraigada como pocas en nuestra provincia”.
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