Según relató la joven de 29 años, al pasar por el lugar sintió un llanto y primero pensó que era un cachorro, pero al acercarse vio que se trataba de un bebé recién nacido. La criatura estaba dentro de una bolsa de supermercado, desnudo y con un pedazo de cordón umbilical. Rápidamente, lo alzó y lo llevó a su domicilio para asistirlo mientras llamaba al 911. Al llegar los agentes y constatar el hecho, una ambulancia trasladó al pequeño al hospital de niños para su atención.
Desde el nosocomio confirmaron a LT10 que se trata de un varón de 2,600 kg y está estable.
Por otro lado, el fiscal del caso investiga el hecho para dar con la persona que dejó al niño en ese lugar.
Nadia Miño es la enfermera que forma parte del equipo que del 107 que asistió al niño. La agente de salud contó cómo fue ese llamado de emergencia.
“Se activó un código rojo, que es un inminente riesgo de vida, y salimos. Cuando llegamos al lugar estaba una vecina con la criatura arriba de la mesa. Era recién nacido, tenía un clam improvisado por la vecina, con una hebilla le cerró el ombligo, estaba con falta de oxígeno y con hipotermia”, relató la enfermera. Rápidamente, lo subieron a la ambulancia y allí comenzaron a darle los primeros auxilios, “se lo estimuló y empezó a recuperar los sentidos”. En ese momento, y como “un acto reflejo”, Nadia lo acercó a su pecho y lo amamantó.
“Le puse el pecho en la boca, estaba helado todavía, costo un poco y empezó a tomar, y ahí nos relajamos un poco porque empezó a recuperarse”, advirtió a Lt10.
Al llegar al Hospital de Niños, constataron que se trataba de un varón recién nacido que pesaba 2.600 kilos. Actualmente se encuentra internado en la Neo, con una dificultad respiratoria, pero avanzando. Allí “lo bautizaron León, por la garra que le puso a la vida”.
“Me salió más la madre que la enfermera en ese momento”, concluyó.