En febrero pasado, el laboratorio Richmond anunció que firmaba un memorándum de entendimiento entre Management Company of Russian Direct Investment Fund -Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF)-, quien representa a Gamaleya National Research Institute of Epidemiology and Microbiology, para fomentar la cooperación entre las partes y así poder fabricar la vacuna en la Argentina.
“Estamos muy entusiasmados y queremos ser muy prudentes. Nosotros estamos terminando con todo lo que es transferencia de tecnología y control de calidad. Estaríamos para empezar en el mes de junio para producir en la Argentina”, dijo Figueras, y puntualizó que la planta ubicada en el país tiene capacidad para producir cinco millones de dosis por mes.
Sobre el procedimiento, el directivo explicó que consta de dos partes. “En el corto plazo, en junio, se hace la parte final del compuesto, recibimos el principio activo, se filtra, se llena y se hace el control de calidad. Después, el año que viene se terminaría todo el proceso productivo donde se hace el fragmentado y también se va a hacer un banco de células y virus para tener independencia, pagando el royalty para producirla acá”, graficó.
“Una vez producidas las vacunas, nosotros cobramos la parte del servicio, y las negociaciones son del fondo ruso con el Estado argentino. Las vacunas quedan en Argentina”, dijo.