Para comenzar, el blanco en realidad no es un color, es la presencia de todos a la vez que forman luminosidad. Son muchos los que consideran que el blanco atrae energías positivas. El blanco representa la pureza, la bondad, la inocencia y está a su vez relacionada con la paz, la humildad y el amor, por lo que vestirse con este tono es una oportunidad de acercar aspectos positivos como los mencionados anteriormente.
Más allá del blanco, hay personas que lo combinan con otros colores para captar lo que desean para el año próximo. Por ejemplo, el amarillo simboliza armonía o sabiduría, mientras el azul es estabilidad, confianza o racionalidad, el naranja felicidad, entusiasmo, creatividad, éxito y así con cada color.
¿Por qué vestir de blanco para celebrar la llegada de un nuevo año? Aunque no está claro el origen de este ritual, se cree que nació en Brasil hace mucho tiempo atrás porque los oriundos de dicho país rendían homenaje a la orisha Yemayá, diosa de los mares, la esencia de la maternidad y protectora de los recién nacidos. Para esto, se acercaban a la playa vestidos de blanco y arrojaban rosas del mismo color junto con velas, pregonando la paz.
Más allá de que cada uno puede vestirse como lo desee, muchos toman esta fecha de fin de año como un momento especial para pedir deseos de prosperidad, cambiar de mentalidad para que sea un año esperanzador, tener fe en que habrá nuevos comienzos, cosas se pondrán en su lugar o que la vida tomará otro rumbo, siempre para bien.