Por otra parte, se conoció que el contrato de locación, fue rubricado por Jana Maradona, nacida en 1996, fruto de la relación de Diego con Valeria Sabalain. En el documento, firmado el 9 de noviembre (seis días después de la operación del astro), consta que el Diez tomaría posesión de la propiedad al día siguiente, a las 11, y que debería devolverla el 31 de enero de 2021 al mediodía. Por ese período se pagaron 16.000 dólares.
El inmueble consta de un living comedor con cocina integrada, un baño completo y un amplio playroom vidriado en la planta baja, mientras que en la planta alta cuenta con cuatro habitaciones, una de ellas, con vestidor y baño en suite. También tiene un amplio jardín con piscina y, como se dijo, vista a una de las lagunas típicas de los barrios privados de la zona de Dique Luján.
Se previó que Maradona utilizara la suite de la planta alta. Pero rápidamente se advirtió que, por sus dificultades para desplazarse, no podría subir y bajar asiduamente las escaleras. De tal modo, se adaptó el playroom: para aislarlo de la cocina, que no filtre la luz y lograr mayor intimidad para el ocasional morador, se le improvisaron paredes con placas de yeso; obviamente, se colocó una cama de dos plazas y también un equipo de aire acondicionado. Se le colocó allí un inodoro químico ortopédico para evitar que tuviera que cruzar la casa hasta el cuarto de baño de la planta baja (que cuenta con bañera), al que solo iba para su aseo corporal.
"La idea era que estuviera en la planta baja unos días y que cuando mejorara pasara al cuarto en suite, pero después se quiso quedar abajo, en el playroom, y ya nadie pudo sacarle la idea de quedarse ahí", confiaron a La Nación allegados a Maradona.