La docente se vio sorprendida por el ruido frente a su casa, y al salir a la puerta vio el desfile de numerosos autos decorados, con sus alumnos saludándola.
Lágrimas de sorpresa y emoción corrieron por las mejillas de Griselda, que tapaba su rosto con las manos diciendo que quería abrazarlos a todos. Mientras los niños y niñas bajaban de los autos y dejaban sus regalos en la vereda, los padres saludaban y agradecían a la docente. La emoción se apoderó de todos en el barrio y no era para menos, sin dudas esta demostración de cariño y respeto llena el alma de alegría.
"No tengo palabras para lo que pasó. Estoy muy agradecida por todo esto que no me esperaba. Agradezco a los padres que nos dejan a sus hijos, nosotros hacemos todo lo que podemos de corazón. Siempre nos sentimos acompañados. Trabajo hace doce años en Don Bosco en los grados cuarto y tercero. Agradezco a mis compañeras y directivos, en un año muy difícil que nos enseñó muchas cosas. Siempre encontramos la manera de salir adelante y mirando las cosas positivas y superando las que no lo son", dijo la docente al sitio 03442.