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Paciente recuperado de covid-19 se volvió "superdonante" de plasma

Después de haber superado el coronavirus, Facundo Ahumada, de 27 años, se convirtió en un potencial donante de plasma cuando se descubrió que su sangre contenía cuatro veces más anticuerpos que el resto de personas.
Ahumada, oriundo de Catamarca, cree que contrajo el virus mientras estaba de viaje en Madrid, España, confesó. Durante su travesía en Europa se hospedó en casas de amigos y ninguno resultó infectado. Por ello, cree que contrajo el virus en el trayecto de Madrid a Londres y de Londres a Buenos Aires.

Aunque no sabe exactamente cómo sucedió, no tuvo dudas cuando, semanas después de haber regresado, el Gobierno argentino lo llamó para confirmarle que su avión estaba lleno de casos positivos de covid-19. Para ese momento no había sido declarada la pandemia.

A los cuatro días de saber la noticia, empezó a experimentar un síntoma: sentía que le quemaba todo el cuerpo de forma intensa, que el cerebro le dolía. Se agarraba la cabeza con las manos.

El dolor era desesperante. Tirado en su cama empezó a llamar a todas las líneas en las que podrían ayudarlo. Empezó por la línea 107, que atiende a residentes de la Ciudad de Buenos Aires que presentan síntomas semejantes a los del coronavirus. Después al 148 que tiene el mismo objetivo.

"Quería que me hicieran el hisopado. La ecuación era fácil: venía de una zona de riesgo y tenía fiebre. Pero me dijeron que no. Tenía un síntoma y se necesitaban al menos dos", le dijo a Clarín.

Para entonces, Ahumada no presentaba ninguno de los otros síntomas. Solo tenía mucha fiebre y sentía que todo el cuerpo le ardía. En los días siguientes lo llamaron para saber cómo era su estado de salud.

"Decidí ir a la guardia del Hospital Militar de Buenos Aires. Avisé antes cuál era la situación y en el hospital activaron un protocolo para recibirme", dijo Ahumada.

Le hicieron estudios y esperó los resultados por alrededor de dos horas. Tenía 38,7 de fiebre y se encontraba conectado a una bolsa de suero. Tras saberse que probablemente era portador del virus, fue internado.

El 17 de marzo llegó al hospital. El ascensor al que lo subieron era exclusivo para casos sospechosos de coronavirus. Una semana antes había regresado a Argentina de un viaje que comenzó en Suecia, y en el que pasó por Finlandia, Noruega, Bélgica, Holanda y España.

Ese día el ascensor se abrió en el piso siete y allí lo estaban esperando un grupo de médicos y enfermeros con trajes de bioseguridad, guantes dobles, gafas y protección en los zapatos."Para mí era todo nuevo, pero para los médicos también", contó sobre ese día.


A las 48 horas, el Instituto Malbrán confirmó que Ahumada era positivo para coronavirus.

"Me quedé tranquilo, con ganas de recuperarme, aunque al mismo tiempo estaba muy preocupado por mis papás. Todo el tiempo les preguntaba cómo se sentían", dijo.

Tuvo fiebre por varios días y se diagnosticó que tenía principios de neumonía.

Sin embargo, no tuvo sintomas que lo dejaran sin movimiento o en estado crítico. Pudo moverse normalmente en los 14 días que estuvo aislado en el hospital. Su sangre era la explicación de su resistencia a la enfermedad.


Tras haberse hecho dos pruebas para saber si ya estaba libre de la enfermedad, el 31 de marzo le reportaron el segundo negativo a la prueba. Después volvió a su casa y estuvo otros 15 días aislado de sus familiares y amigos.

Un día, uno de los médicos le mencionó un procedimiento que se había usado en casos de epidemias de esta magnitud, como el ébola.

"Le hablé de la donación de plasma, una alternativa que consiste en la utilización de anticuerpos de un paciente recuperado de covid en otro paciente que está atravesando la infección", le contó Miguel Buezas, médico clínico del Hospital Militar de Buenos Aires, al medio argentino.

Ese mismo día el médico le sugirió a Ahumada que participara como donante. Un mes después, el joven volvió al hospital para iniciar el proceso. Comenzaron por tomarle una muestra de sangre con el fin de revisar en qué nivel estaban sus anticuerpos.

Los resultados arrojaron que en su sangre tenía más anticuerpos que la mayor parte de la población. Esta era una de las razones por las que el virus no lo atacó de manera contundente como a otros pacientes.

"El tránsito exitoso que tuvo durante la enfermedad se debe a una buena respuesta de su sistema inmune, que generó una gran cantidad de anticuerpos neutralizantes", dijo Buezas.

Todavía no se sabe qué genera exactamente esta condición en la sangre de una persona. El plasma es uno de los tres componentes de la sangre y es allí donde se almacenan los anticuerpos que permiten generar cierta inmunidad a los virus.

Ahumada ha realizado tres donaciones de plasma. Puede hacerlo otras 24 veces, pues es el máximo permitido. El joven afirmó que las hará todas.

El plasma de Ahumada se usará en el tratamiento de personas que portan el virus, para que adquieran anticuerpos que los ayuden a neutralizar la enfermedad.

Esta es una de las alternativas que se han utilizado en los últimos meses para hacer frente al virus mientras se halla una vacuna. Y
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