Sociedad Concejales aprobaron proyecto

En Rosario quieren ensanchar las veredas para garantizar el distanciamiento

Lo aprobó el Concejo Municipal de Rosario con la intención de generar más espacio de tránsito para peatones en las zonas de bancos y comercios de la ciudad.
La crisis sanitaria y la recomendación de mantener dos metros de distancia con otras personas en el espacio público pusieron en foco otro problema: muchas veces, las veredas de la ciudad resultan chicas. Sobre todo en áreas del centro, donde crecen las colas en las puertas de los bancos o de los comercios, o en las esquinas donde habitualmente tiene paradas el transporte público. Con la certeza de que los peatones necesitan más espacio para transitar por la ciudad, el Concejo Municipal de Rosario aprobó una propuesta para que se ensanchen en forma provisoria las veredas del microcentro o de los paseos comerciales más concurridos de la ciudad.

El proyecto fue presentado por el concejal Lisandro Zeno (Partido Demócrata Progresista) y plantea que la Dirección de Ingeniería de Tránsito del municipio realice un estudio de factibilidad para poder llevar "como mínimo a tres metros" a alguna de las dos veredas de la calzada "por el período de tiempo que esté vigente la recomendación de distanciamiento social".

La iniciativa fue aprobada el jueves pasado. No es la primera presentada al Concejo con el objetivo de ganar más espacio público para el tránsito peatonal mientras se extienden las recomendaciones de aislamiento para evitar contagios.

En mayo, la socialista Mónica Ferrero propuso reducir o peatonalizar las calzadas durante los días y horarios de atención bancaria, para que quienes transitan por ellas puedan cumplir así con las recomendaciones de distanciamiento social destinado a evitar el contagio de Covid-19.

De acuerdo a las normas urbanísticas de la ciudad, el ancho de las veredas está en relación al ancho de las calzadas.

También varían de acuerdo a la zona y la antigüedad del trazado, por eso las medidas no son uniformes. En general, parten desde un metro y llegan hasta los cinco metros, según indicaron desde el municipio.

Falta espacio

"La gente sabe, entiende y quiere cumplir con las medidas de distanciamiento social, pero el problema es que las veredas del centro no tienen el ancho suficiente para caminar y cumplir con este requisito. Es lo que pasa en los parques, se dice que falta control para que la gente cumpla, pero si lo analizás en profundidad te das cuenta de que falta espacio. La gente quiere salir a caminar, no a amucharse con otros, pero no hay espacio para mantener la distancia", se encargó de puntualizar Zeno.

Por eso, así como se instalaron ciclovías temporarias, propuso que mientras se extienda la crisis sanitaria, se amplíe el espacio para la circulación de peatones. Según apuntó, la medida no requiere de grandes obras sino de "diferenciaciones livianas, baratas y rápidas", como líneas de pintura, conos, canteros u otro tipo de vallados que puedan separar el paso de vehículos y personas.

Zeno apuntó que esta solución se implementó en varias localidades del país, como la ciudad de Buenos Aires y Córdoba, pero también en lugares más pequeños como el municipio de Pinamar.

Una medida de cuidado
La iniciativa aprobada por el Concejo destaca que "la finalidad del proyecto es permitirles a las personas el desplazamiento a pie, cumpliendo el distanciamiento social y así prevenir nuevos contagios del virus", y señala que "como consecuencia de que las personas tienden a evitar el transporte urbano de pasajeros, hay más presencia peatonal en las calles", y queda "claro que las veredas de Rosario no están preparadas para esta situación".

Y, apunta, como se verificó, que la pandemia redujo la densidad de vehículos en las calles, "muchas pueden ser readaptadas, convirtiéndose en veredas temporales a un bajo costo".

Además remarca los beneficios de habilitar más y mejores espacios para la circulación de peatones; no sólo en términos sanitarios, sino de reducción de congestión, menor impacto ambiental y de ruidos.

Para Zeno, "beneficiar al peatón es beneficiar a todas las personas, porque todos somos peatones, más allá del modo de transporte que usemos para recorrer la ciudad".

Angostar las calles, apuntó, "produce como consecuencia directa una disminución de la velocidad promedio de los vehículos, con lo cual también podremos esperar menos lesionados en siniestros viales, y menos camas de terapia intensiva ocupadas en los efectores de salud, tan necesarias en esta pandemia".
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