Sociedad Obreros aguardan una salida

La única fábrica de porcelanas del país dejó de producir y está en venta

La ex cerámica Verbano, única fábrica de porcelanas del país que funciona en Capitán Bermúdez, dejó de producir a partir de la cuarentena y podría cerrar sus puertas si no aparecen nuevos inversores. En riesgo el futuro de 120 trabajadores.
La firma de capitales portugueses decidió dejar de invertir en la compañía de Capitán Bermúdez. Los 120 operarios de la planta sólo han cobrado el 50 por ciento de sus salarios provenientes del programa nacional de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) y de un aporte mínimo que hizo la empresa de capitales portugueses que explota la emblemática fábrica. Pero en rigor, Verbano paró su producción desde el inicio de la pandemia y el futuro es más que incierto.

Los obreros se concentraron el martes pasado en las puertas de la compañía y por estas horas se busca desde el sector gremial alternativas para ver cómo sacar a flote la compañía, que ya en marzo del año pasado había comenzado una crisis casi terminal, con la suspensión de trabajadores. Mañana ingresarán a la planta para constatar que no falte stock ni haya síntomas de vaciamiento.

Aunque mantiene la marca, Verbano está desde 1995 en manos de la firma Faiart Argentina S.A., de capitales portugueses, quienes ya anunciaron que no seguirán invirtiendo en la línea de producción.
"Estamos viendo las alternativas posibles en caso de que la firma sea vendida y qué pasará cuando el gobierno deje de abonar los ATP. Vamos viendo cómo sigue día a día la situación", comentó a La Capital Carina Mugracci, delegada de fábrica y tesorera del sindicato que los nuclea (Ceramistas). "Estamos en esta situación de desamparo desde el 20 de marzo, cuando se decretó la cuarentena", abundó.

Hace 15 días, la firma pidió el ingreso de apenas un puñado de administrativos que realizan cobranzas y otros papeleos, más dos encargados de planta que fueron abocados a la distribución de regalería. "Nada que ver con el ritmo normal que debiera tener la fábrica", lamentó la gremialista.

A esta altura de las circunstancias, el problema trasciende la pandemia del coronavirus y el parate productivo que generó. La compañía no está dispuesta a seguir produciendo, por más que se levante la cuarentena. "Ya está con una carpeta para la venta y a la espera de accionistas. Lo dejó bien en claro el jefe de recursos humanos el martes, cuando nos juntamos para que nos dieran una explicación sobre lo qué estaba ocurriendo y sobre el futuro de la planta", reveló Mugracci.

El personal cobró recién en mayo, y en seis cuotas, los haberes de marzo. En abril cerraron con los ATP y les depositaron 7 mil pesos correspondientes a la otra mitad. "Nos adeudan la mitad de abril y la mitad de mayo", denunció. Y abundó: "El año pasado sufrimos una suspensión, hace más de tres años veníamos cobrando el sueldo desdoblado en dos veces. Los últimos tiempos se fueron agravando".

En sintonía con Mugracci, Daniela Resumi, delegada de la comisión interna de la fábrica y también miembro de la comisión directiva del gremio, habló de la incertidumbre que por estos momentos invade al personal. Y reveló que el martes pasado "se decidió esperar un tiempo más para ver si aparece un inversor. Lo que queremos es mantener la fuente de trabajo. Por eso, iniciar una acción gremial directa es algo que tenemos en stand by", dijo.

La espera, en este contexto, se va a mantener hasta que aparezca un potencial comprador y mientas sigan vigentes los ATP, "porque eso también genera incertidumbre, porque no sabemos si vamos a cobrar el próximo sueldo", confesó la delegada. Ya saben que la firma está preparando los balances y todos los números en orden para presentarse ante una consultora y ofrecer la fábrica.
Desinterés de la heredera
"Para colmo, fue todo bastante rápido. A fines del año pasado murió el principal accionista, que era portugués, y la compañía quedó en manos de su hija y heredera, pero ella ya dijo que no quiere mantenerla ni seguir invirtiendo, pese a los pedidos del directorio, que sí es argentino. A esto se suma que, además de la falta de ventas, aducen que ya no hay dinero para el abastecimiento de la materia prima. Es una situación más que complicada y en el medio estamos los trabajadores", reflexionó.

Aunque la firma ya habría hecho algunas tratativas, en principio infructuosas, entre las estrategias del gremio también estaría la de golpear las puertas del Ministerio de la Producción de la provincia, con el afán de lograr algún tipo de apoyo o acompañamiento. En la cartera de Trabajo ya tuvieron tres audiencias, pero fue muy poco lo que se pudo hacer. "La empresa reconoció la deuda que tiene con los empleados y explicó los pasos que estaban dando", en el sentido de su enajenación, confirmaron las fuentes gremiales.

Lo importante, dentro del clima de desasosiego que hay entre el personal, es que todavía no se produjo ningún despido y que algo han venido cobrando. Pero lo que pueda pasar es una incógnita.
De Italia a Capitán Bermúdez
Porcelanas Verbano funciona en la Argentina desde 1953, y sus orígenes remontan al siglo XIX, en la zona del Lago Maggiore, en el norte de Italia, que había sido identificada por los romanos justamente como la zona de Verbano.

A partir de 2016, la caída del mercado interno y las importaciones la pusieron contra las cuerdas, algo que se profundizó aún más con los tarifazos de los servicios en la anterior gestión nacional.

Su prestigio, empero, no decayó. En marzo de 2018, Verbano "puso la mesa" en el 50° aniversario del programa de Mirtha Legrand y desplegó sus acabados diseños. Pero ya los tarifazos, el aumento de los insumos y la importación estaban haciendo lo suyo.

En marzo del 2019, la firma suspendió por un mes a 135 empleados. Les abonó entre un 55 y un 60 por ciento de los salarios, e inició un derrotero que la llevó al extremo de poner la fábrica en venta.

El contexto nacional no ayudó. La Cámara de Pisos y Revestimientos Cerámicos de la Argentina comunicó el 20 de abril que las ventas de pisos y revestimientos cerámicos cayeron 41,1 por ciento interanual en marzo, proyectando para este año el nivel más bajo de los últimos 50 años.

Casi un cuarto de siglo en la fábrica

La vida de Carina Mugracci y su familia están ligadas a Porcelanas Verbano. La mujer de 50 años trabaja hace 24 en la empresa. Su padre, Nicolás, ya lo había hecho en 1957. También sus tíos, quienes se jubilaron en la empresa, y hasta sus primas formaron parte del personal hasta que la fábrica quebró en 1992 y permaneció inactiva hasta la aparición de nuevos inversores, en 1995. Cuando entró, Carina debió pasar un proceso de selección muy exigente. "Producción es muy grande, así que trabajaba en muchas máquinas. Me tomaron por mi contextura física. Tengo hoy las dos manos intervenidas quirúrgicamente de tanto operar con esas máquinas", cuenta. Cuando ingresó tuvieron que hacer trabajos de limpieza y se encontraron con pertenencias de quienes habían trabajado hasta 1992 y debieron irse. "Eran sensaciones muy fuertes", narra. Pasó la década del 90, que fue dura para Verbano y la industria en general. "Media Capitán Bermúdez había trabajado aquí, sobre todo mujeres" rememora. "Después llegó (el ex presidente) Néstor (Kirchner) y de un plumazo empezamos a ganar el doble. Nos organizamos y empezaron las paritarias", dice, antes de recordar las épocas de mayor producción. "Hacíamos un trabajo muy pesado, con jornadas de hasta 12 horas". Pese al esfuerzo del trabajo, dice que Verbano "es un sentimiento. Soy de las más antiguas y siento esta empresa como mi casa, y a mis compañeros como una familia", confiesa. (La Capital)
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