A la altura del Paraje El Chaquito, en la orilla oeste, y de Rincón Norte, en el este, es donde nace la Setúbal. Y con esta bajante histórica del río Paraná, que este sábado había alcanzado 0,69 metros, una marca nunca vista en la última mitad de siglo en el hidrómetro del Puerto de Santa Fe, se puede apreciar el arenal inmenso de la costa, que llega hasta Monte Vera.
Allí es donde decidió habitar un puñado de flamencos rosados, majestuosos. Desde la orilla apenas se percibe su presencia en el horizonte, sobre los bancos de arena que se formaron en medio de la laguna.
El avistaje de estos flamencos es frecuente sobre el humedal de Campo Andino. Como quedó sin agua por la sequía, los flamencos rosados volaron hasta la laguna Setúbal. La sequía hace que estos pájaros vuelen en busca de las lagunas cercanas.
Una danza emocionante, blanca y rosada, fue captada por El Litoral, de Santa Fe. Un paisaje y una biodiversidad que hay que preservar para poder disfrutarlo a futuro.