Sociedad Lo que dejará el actual fenómeno

Bajante del Paraná: Cauces más angostos, nuevos paisajes y otras "secuelas"

Especialistas revelan que hubo una bajante del río Paraná que fue mayor a la actual. Alertan sobre la modificación de cauces y todo el paisaje hídrico de la cuenca. A qué causas adjudican el actual fenómeno.
Video: Bajante del Río Paraná: Banco de arena en la zona de Rosario
La actual bajante del río Paraná, que complica la navegación comercial y pone en riesgo la fauna de los humedales, es la más importante en los últimos 50 años, aunque no la peor. Especialistas de la Universidad Nacional del Litoral y el Instituto Nacional del Agua adjudicaron el fenómeno al déficit de precipitaciones en las cuencas brasileñas del propio Paraná y del Iguazú y a la presencia de un "Niño neutro". Y advirtieron que la disminución del caudal producirá impactos, en particular, a lo largo del tramo medio de la cuenca. Entre otros, la disminución del tamaño de los cauces y de su capacidad de conducción de agua por la excesiva sedimentación de arenas, limos y arcillas.

Las bajantes y las crecidas son procesos naturales y cíclicos en cualquier sistema fluvial. A veces, como ahora, exceden los promedios y encienden las alertas.
Video: Bajante histórica del Río Paraná: Así se ve en la costa de la ciudad
"La bajante que podemos observar actualmente es la más importante de los últimos 50 años. Sin embargo, en años anteriores a la década del 70, a partir de la cual se produjo un incremento en el régimen de lluvias de la Cuenca del Plata, hubo otras mucho más significativas. Por ejemplo, en 1944, la altura del río estaba casi un metro por debajo del 0 de la escala del puerto de la ciudad de Santa Fe", reseñó José Macor, docente e investigador de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la UNL, donde dirige el Centro de Informaciones Meteorológicas. La referencia es al puerto de la capital santafesina, pero el cuadro se extiende a lo largo de todo el curso.

Carlos Ramonell, docente e investigador de la Facultad, desactivó algunas de las teorías conspirativas respecto del escaso caudal del Paraná. "En esta bajante se debe descartar como causa la influencia de las represas brasileñas. En 1944, la situación fue peor que la actual y no sólo para la Cuenca del Plata. Fue la mayor sequía registrada en toda la llanura pampeana y las presas no estaban construidas".
Foto: La bajante en Hernandarias- Bomberos Voluntarios

Los dos especialistas apuntan a causas meteorológicas y climáticas por el fenómeno. Y advierten sobre los impactos que tendrán los caudales bajos en la dinámica geomorfológica del décimo río de llanura más importante del mundo, publica Elciudadanoweb.

Lluvias escasas

"Este déficit de agua se refleja en los niveles del río, que han estado bajando desde el año pasado. Si bien ha habido pequeños repuntes con algunas tormentas importantes, no fue suficiente como para recuperar los niveles normales del río", señaló Macor.
Bajante del Paraná-El Ciudadano web

Hay más: los modelos climáticos proyectan desde el año pasado que el fenómeno de El Niño va a permanecer en estado neutral hasta el final del invierno (junio o julio). "Es un Niño neutro, con lo cual es probable que la bajante actual perdure por lo menos un par de meses más", explicó el investigador.

Cambio de paisajes
Según Ramonell, que lleva años estudiando la dinámica geomorfológica en el tramo medio del río Paraná (desde la confluencia con el río Paraguay en el norte de Corrientes hasta Rosario), la bajante podría provocar el achicamiento de varios cauces secundarios conectados directamente al cauce principal del río. Y junto con eso, el cegamiento con sedimentos de varios cursos de menor tamaño. El especialista traza una proyección del escenario que incluye pérdida de superficie de lagunas y desconexiones entre cauces y lagunas en ambientes más alejados del cauce principal.
"Lo primero que está ocurriendo en estas condiciones de caudales bajos es que varios cauces secundarios menores que están conectados directamente con el cauce principal del río Paraná están sufriendo sedimentaciones. No sólo de arenas que hacen recrecer el fondo, sino también de limos y arcillas provenientes del río Bermejo, que esta vez muestran más concentración por el déficit de agua. Estos sedimentos finos son retenidos por la vegetación acuática de las márgenes de los cauces, donde se acumulan y hacen disminuir el ancho del cauce. En suma, los cauces cercanos al cauce principal se están reduciendo en tamaño (ancho y profundidad) y en capacidad de conducción de agua, porque reciben una carga extra de sedimentos en relación a su capacidad de transportarlos río abajo", explicó Ramonell. El paisaje que viene puede ser muy distinto al actual, con cierre de cauces, algunos incluso pueden desaparecer, y hasta unión de islas que estaban separadas. En los humedales, la geografía es cambiante y el ecosistema asume nuevos equilibrios, pero hay veces en que las mutaciones son muy pronunciadas.

"En el sistema fluvial del Paraná, los cursos secundarios del río aparecen y desaparecen naturalmente. Algunos permanecen sólo durante 20 años, otros sobreviven casi una centuria y otros un par de milenios. No es un fenómeno novedoso, pero se acentúa en situaciones de bajante", subrayó.

La bajante genera en el presente, más acá de sus posibles consecuencias a mediano o largo plazo, problemas que hay que atender: navegación, provisión de agua potable (por operatividad de las tomas de agua) y concentración de contaminantes (por posible disminución de la capacidad de dilución de los efluentes cloacales). También, incursiones humanas que atentan contra la flora y la fauna, y suele ser más nocivas que los fenómenos naturales.
Foto: Depredación-El Ciudadano
Video: La bajante del río en Villa Urquiza
Fuente: Elciudadanoweb.com
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