Sociedad Cinco nuevos heridos

Por el ataque de palometas, colocaron bandera amarilla en balneario de Rosario

En las costas de Rosario se siguen registrando lesiones por mordeduras de palometas. Durante el sábado, cinco personas resultaron heridas y debieron colocar banderas de advertencia para los bañistas.
Al menos cinco bañistas sufrieron distintas heridas al ser mordidos por palometas en el balneario La Florida, en la costanera norte de Rosario, lo que obligó el sábado a colocar banderas rojas y prohibir el ingreso al agua en el área cercana al ingreso por la avenida Escauriza. Si bien la mayoría de los lesionados fueron atendidos en el consultorio médico del complejo, un adolescente fue derivado al Hospital de Niños Victor J. Vilela donde hoy se someterá a una cirugía en el dedo meñique. La playa, colmada de gente, mantuvo ayer una bandera amarilla en señal de precaución.

Los ataques ocurrieron el sábado, cerca del mediodía, cuando la playa estaba llena de personas que habían llegado buscando un refugio para mitigar el calor. El jefe de guardavidas del balneario, Leo Manino, confirmó que hubo unas cinco personas que debieron ser asistidas por el personal del consultorio médico de la playa.

Según relató, las mordeduras ocurrieron en el sector norte del balneario, "lo que obligó a activar un protocolo de precaución, retirando a la gente del agua y colocando una bandera roja en la zona". Los peces embistieron "en dos tandas", durante el mediodía. Sobre las 13, hubo que asistir a unas tres personas, y tiempo después se presentaron otros dos bañistas con mordeduras en los dedos de la mano y de los pies.

"Fueron casos aislados, pero igualmente avisamos a la gente y les pedimos que se retiren de ese sector del agua. Estaba la playa llena, había muchas personas y la mayoría ni se enteró de lo que estaba pasando", apuntó.

El jefe de los guardavidas resaltó que no hubo niños pequeños entre los heridos y, en la mayoría de los casos, fueron asistidos en el consultorio de la playa. "La mayoría tenía heridas bastante superficiales, lo que hace suponer que no eran peces grandes" explicó.

Un adolescente de 14 años se llevó la peor parte. Los peces lo mordieron en su dedo meñique y la herida dejó expuesto el hueso, por lo que hoy tendrá que someterse a una cirugía en el Vilela.

En toda la playa existe una malla de contención para la seguridad de los bañistas, es una barrera flotante que se utiliza más que nada para contener manchas de hidrocarburos o residuos, como camalotes o aquellos desperdicios que los bañistas tiran en la playa y acaban en el agua.

Si bien esta barrera "disuade a los peces, no los elimina ya que no continúa hasta el fondo del río", apuntó el profesional y consideró que de continuar los ataques se tendrán que tomar otro tipo de resguardos.

Afortunadamente, ayer, los encargados del balneario recorrieron temprano la playa y no tuvieron ninguna sorpresa. Tampoco los cientos de bañistas que llegaron hasta la playa y se encontraron una bandera amarilla, sólo por precaución.

Un pez muy voraz
En el Paraná viven tres especies de palometas, que son de la misma familia que las pirañas del Amazonas y otros ríos de Sudamérica. Estos peces viven en el río durante todo el año, principalmente en las zonas calmas y con mucha vegetación. Según explican los especialistas, los ataques no tienen que ver con la necesidad de alimentarse, sino con un aceleramiento del metabolismo de esa especie debido al calor extremo, así como también a comportamientos relacionados con la defensa del territorio.

Lo cierto es que las palometas se convirtieron en noticia ni bien comenzó el verano. Hace una semana, una mujer sufrió una mordedura en el pie, mientras se bañaba en la zona de Paso Destilería, frente a Granadero Baigorria.

Sobre los últimos días de diciembre pasado, una veintena de personas también fueron atacadas por palometas en la laguna Setúbal, de la ciudad de Santa Fe.

Por esos días, desde el Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de la provincia se indicó, a través de un comunicado, que los ataques tenían que ver con la presencia de bañistas en zonas afectadas por la bajante del río, el agua calma y con alta temperatura; hábitat propicio para estos peses.

Además se destacó que estas situaciones son fenómenos naturales y, en ningún punto, se deben a alteraciones eco sistémicas en el ambiente fluvial-ribereño. (La Capital)
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