Según informaron fuentes policiales, la pareja se encontraba separada desde el mes de diciembre, y sobre el hombre de 71 años pesaba una restricción de acercamiento. Sistemáticamente, éste había violado las prohibiciones de acercarse a la mujer; de hecho, según consta en el expediente judicial, en el mes de febrero fue la última vez que se lo notificó por haber incumplido con las medidas restrictivas.
Pero tras el accidente que protagonizó a comienzos de semana, debió enfrentar una nueva audiencia judicial en la que se le dictó la prisión domiciliaria por el término de 90 días, los que deberá cumplir en la casa de su hermano, en la ciudad de Diamante.
Respecto de los entretelones de la audiencia, Códigos registró el momento en el Sartori hace su ingreso a la sala, saluda a sus familiares y con una sonrisa esbozada en el rostro, se lo escucha decir: "Cómo está la muchachada".
Mientras aguarda el inicio del proceso, el hombre de 71 años le comenta sus allegados: "Me vienen a visitar".
Tras el acuerdo en el que se le dictó la domiciliaria, se determinó que sea hasta el 2 de mayo cuando le coloquen una tobillera con GPS, además de la prohibición de ingresar a la capital entrerriana.
"En nombre del amor se hacen muchas cosas, se escriben libros y se producen novelas, y cuando se observa el sentido de eso, es el sufrimiento; entonces se relaciona al amor con el sufrimiento", apuntó.
"Una combinación de factores culturales y genéticos pueden llegar a expresar a una persona como el asesino de su pareja"
"Es muy fácil saber si una persona está enamorada o no de otra", remarcó el psiquiatra. "No tiene que haber llantos, peleas, ni discusiones; se tiene que respetar la individualidad porque el amor es libre y el fruto de ese amor es el bienestar", recordó.
De acuerdo a lo que comentó, en el consultorio recibe a pacientes que le comentan: "Tengo una pareja y la tengo que remar", a lo que Fusaro les recomienda: "Si querés remar, andá al río".
"Empiezan a decir `yo me peleo igual que todas las parejas; yo soy celoso, igual que todas las parejas´. Y naturalizamos cosas que no tienen nada que ver con las relaciones de pareja y el amor", alertó el profesional.
De acuerdo a lo que explicó Fusaro, "una combinación de factores culturales y genéticos pueden llegar a expresar a una persona como el asesino de su pareja".
"Cuando hay un caldo de cultivo propicio, donde se mezcla lo cultural con lo genético, cuando la persona tiende a ciertas obsesiones, es muy fácil pasar la raya de lo que es el amor con la relación patológica", subrayó el profesional.
Y en ese sentido, comparó a las relaciones de pareja que se tornan tóxicas, con las adicciones no químicas, como la adicción al cigarrillo o la ludopatía.
"Las dos personas se tornan complementarias y empiezan a tener una necesidad, se genera un circulo en el que se da una co-dependencia, donde muchas veces es la misma víctima la que, por ejemplo, levanta la denuncia que radicó en la comisaría. Y dice: `él me pega pero es bueno´", explicó.
"Como las adicciones, uno puede tener abstinencia y no volver a consumir, pero en el fondo sigue siendo adicto", apuntó.
"La pareja patológica, de repente podría llegar a funcionar con un tratamiento, pero en potencia puede reaparecer en cualquier momento", advirtió.
"Ante el nivel de desesperación de compulsión que tiene una persona por la otra, cuando uno de los dos deja de proveer esa presencia, se puede esperar cualquier cosa", advirtió, al tiempo que alarmó: "La persona con una compulsión hacia la otra, ante el corte de la relación, puede o, matarse, o matar". Finalmente, Fusaro recalcó que, "es muy importante la educación, porque no nos educan sobre cómo elegir a una pareja. Las elecciones se dan porque `lo vi, me gustó y empezamos a tejer vínculos´. No se advierte que es controlador, que tiene problemas de conducta, y la excusa es: `me quiere´".
"Se piensa que con el amor se puede arreglar todo, y no es así", sentenció.
"La solución es evitar las parejas patológicas, tener un buen detector por medio de la educación, donde se prendan alarmas en los primeros meses de la pareja, donde ya sabemos que la relación no funcionará", recomendó.
"La pareja no puede fallar porque es elegible y reversible, porque uno se junta para sumar", insistió el psiquiatra.
"Teniendo una buena educación respeto de lo que debe ser una buena pareja, es muy difícil equivocarse", cerró. (Elonce)
