La respuesta: "No es una estafa"
En el encuentro, Blanco Muiño puso énfasis en que no se pueden enmarcar como "estafa" los fuertes incrementos que registraron los planes de ahorro de automóviles ya que, por contrato, las empresas están legalmente autorizadas a modificar las cifras de acuerdo a determinados índices económicos.Al respecto, uno de los ahorristas, Cristian Velázquez, explicó a Elonce TV que la respuesta que les brindó el funcionario nacional les resultó "resultó muy chocante porque económicamente la estamos pasando muy mal por este tema".
"Si no es una estafa, es usura", dicen ahorristas
"Según sus palabras, él dice que no estamos ante una estafa porque esto está contemplado en el contrato que está aprobado por la inspección general de Justicia", indicó en comunicación con El Despertador, al tiempo que remarcó: "Él tendrá su punto de vista, pero nosotros tenemos el nuestro. Si no es una estafa, es usura porque no podría llamarse de otra manera"."Sabemos que estamos ante un engaño terrible por parte de las automotrices y los vendedores de los planes", sentenció, al tiempo que rememoró que en los primeros encuentros de los ahorristas autoconvocados, "se notó la desinformación total".
"Es una problemática que afecta nuestra vida, porque todos los días estamos pensando cómo solucionar este problema", remarcó el ahorrista. Y en ese sentido reveló que la asfixia económica que atraviesan ha causado desde "depresiones y separaciones de pareja, hasta intentos de suicidios".
"Es un sistema que no nos deja salir"
"A mí me dijeron que la cuota no iba a aumentar más de 100 pesos por mes, y me encontré con que subió más del 200%. De los 2800 pesos que pagaba, hoy estoy pagando cerca de 10.000 pesos", explicó Velázquez, al tiempo que agregó: "Hay gente que no tiene el auto y está pagando casi 14.000 pesos".Velázquez apuntó a la "desregulación y descontrol por parte de los organismos porque, por ejemplo, los valores móviles difieren, ya que el mismo auto sacado en la misma concesionaria y en la misma fecha, a uno le puede costar 580.000 pesos y a otro, 600.000".
"Es un sistema que no nos deja salir, porque el valor móvil que le dan al auto al momento de comprar las unidades que se licitan por mes, es súper inflado y no tiene nada que ver con la realidad. Si al auto lo quiero entregar, no me lo reciben con el valor móvil, si no, a valor de mercado, que es mucho más bajo. Me quedaría sin auto, y encima con una deuda. Y si te lo rematan es peor", denunció.