Sociedad El ataque dejó 49 muertos

Atentado en Nueva Zelanda: el relato de dos argentinos que viven en Christchurch

Luciana Varela y Martín Herrán están radicados en Christchurch desde hace cuatro años y medio. Cuentan que es un país receptor de migrantes y que la sociedad es muy abierta. Rige un toque de queda. El sábado se retomarán las actividades.
Luciana Varela y Martín Herrán son dos cordobeses que viven desde hace más de cuatro años en Christchurch, la ciudad en la que 49 personas fueron asesinadas en un doble atentado terrorista en dos mezquitas. Él trabaja como desarrollador de software y ella, como profesora de natación en el Jellie Park Recreation and Sport Centre.

Masacre en Nueva Zelanda
Conmovidos por el ataque terrorista sin precedentes, cuentan que el Gobierno llamó a permanecer en sus viviendas mientras se realizaban diversos operativos en el marco de la investigación del atentado. "Es una especie de toque de queda, se escuchan sirenas y helicópteros, pero estamos llamados a permanecer en casa", apunta Luciana.

"Creemos que ya mañana (por el sábado) se van a retomar las actividades normales, al menos en el centro municipal en el que trabajo, porque esta es una sociedad muy resiliente", describe. "'Stay strong' o 'kia kaha' en maorí, significa 'mantente fuerte' y es una de las premisas de los 'kiwis'. Son una sociedad muy pacífica pero bastante golpeada por catástrofes naturales", recuerda, y explica que es una zona de muchos temblores. En 2011, un terremoto de 6.3 grados de magnitud dejó más de 150 víctimas fatales y a la ciudad en ruinas.

Frente a una de las mezquitas que fue atacada hay un parque deportivo muy grande y concurrido, y ambos destacan que es una ciudad muy segura, con muchas actividades al aire libre durante todo el día. "Hasta hace unas pocas semanas ni siquiera los policías portaban armas, sino que las dejaban en los vehículos; cuando se los autorizó, hubo un debate social muy fuerte", describe Luciana. Y Martín suma que las armas están reservadas a las actividades de caza.

Nueva Zelanda es un país con un alto porcentaje de migrantes, y Martín remarca que en general son muy bien recibidos por los nativos. "Yo trabajo en una empresa en la que hay empleados de 23 países diferentes, y a cada uno se le respetan sus costumbres y rituales religiosos sin inconvenientes", apunta.

En igual sentido, Luciana cuenta que es frecuente escuchar los saludos de buenos días en numerosos idiomas: "En el parque en el que trabajo hay niños de muchas nacionalidades, y se promueve que cada uno sea saludado en su lengua nativa".

Se dijo que uno de los hombres que reivindicó el ataque antiinmigrante era un australiano blanco de 28 años, dato que ha conmocionado aún más a los neozelandeses por su cercanía y buen vínculo con Australia. "Como ejemplo, cuando uno tiene la ciudadanía de Nueva Zelanda adquiere un permiso para trabajar en Australia. Son países 'primos', por eso, que uno de los atacantes sea australiano, ha sido un golpe para los ciudadanos de Christchurch", detalló Luciana. (La Voz)
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