Sociedad Nogoyá

Desaparición y misterio: Se cumplen 17 años sin saber dónde están los Gill

Este es tal vez el primer aniversario que encuentra a la causa movilizada por la búsqueda en el campo donde vivían y trabajaban las víctimas, en Crucecitas Séptima, a partir de un testigo que aseguró que los cuerpos estaban enterrados.
Se cumplen 17 años de la desaparición de Rubén Gill, su esposa Norma Margarita Gallegos, y sus chicos María Ofelia de 12, Osvaldo José de 9, Sofía Margarita de 6 y Carlos Daniel de 2. El matrimonio y sus hijos fueron vistos por última vez en el velorio de un amigo de la familia, el 13 de enero de 2002, en Viale, a treinta kilómetros de La Candelaria, el campo en el que vivían y donde el hombre trabajaba como peón.

Una investigación lenta y deficiente, que en el inicio estuvo dirigida por el juez de Nogoyá, Jorge Sebastián Gallino (actualmente vocal del Tribunal Oral Federal de Concepción del Uruguay), condujo el caso a ser uno de los mayores misterios del país, y la consiguiente impunidad.
Este es tal vez el primer aniversario que encuentra a la causa movilizada por la búsqueda en el campo donde vivían y trabajaban las víctimas, en Crucecitas Séptima, a partir del testimonio de un hombre que perdió el miedo en declarar tras la muerte del patrón de los desaparecidos, Alfonso Goette. El mismo señaló dos lugares que Mencho Gill le había dicho que su jefe le ordenó hacer pozos, tras una pelea que mantuvieron, poco antes de la ausencia definitiva. En febrero del año pasado se hizo una primera etapa de búsqueda y excavaciones, sin resultados, y ahora, para la segunda etapa, se está trabajando con la colaboración de los mejores para este tipo de tareas: el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

El juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, y el fiscal Federico Uriburu, están a cargo de la causa en la que se mantienen renovadas esperanzas de saber qué pasó con la familia.
Con la hipótesis de que los Gill Gallegos fueron asesinados y enterrados en el campo de la estancia La Candelaria, se apuntará a buscar en un arroyo seco. Para ello, los expertos están analizando, en primer lugar, fotos del área, imágenes aéreas que se tomaron con un drone, y también satelitales. Estas últimas se irán comparando con otras del mismo sitio según las coordenadas, a partir del registro histórico desde el año 2002. Próximamente podría comenzar el trabajo de campo en el lugar por parte del EAAF.
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