Sociedad El debate en El Ventilador

¿Dónde está el melli?: hubo condena pero la pregunta aún no tiene respuesta

Un sector importante de la sociedad mira con sorpresa cómo algunos de sus médicos estuvieron sentados en el banquillo de acusados. El IPP está atado a la historia de Sabrina Gullino y de su mellizo. El debate en El Ventilador.
El Instituto Privado de Pediatría ubicado en calle España 312 ha formado parte de la vida de miles de paranaenses, desde su creación allá por el año 1977.

Inaugurado primero como de especialidades neonatológicas y luego con un anexo de clínica general, este centro atendió a varias generaciones de niños y niñas de familias enteras de diferentes lugares de la provincia.
Quizás por eso no sea extraño que al evocar el nombre de algunos de los tantos profesionales que por allí pasaron, se encienda algún recuerdo en la memoria de más de un vecino de la ciudad.

Cientos de pacientes que hoy son adultos y los recuerdan como buenos profesionales, se ven sorprendidos ante esta situación judicial en la que están involucrados como cómplices de la desaparición de dos niños.

Hoy, un sector importante de la sociedad mira con sorpresa cómo sus médicos están sentados en el mismo banquillo de acusados que ocupan torturadores y asesinos de la última dictadura militar.
Después de muchos años de investigaciones y de varios testimonios, se pudo saber con certeza que este instituto de Pediatría está atado a la historia de Sabrina Gullino Valenzuela, la muchacha que nació mientras su mamá estaba secuestrada en el Hospital Militar de Paraná, y que luego fue derivada al IPP, sin nombre, sin datos de filiación y allí quedó internada hasta que le dieron el alta.

Pero Sabrina no estuvo sola, sino que estuvo junto a su hermano mellizo al que está buscando desde que conoce de su existencia; desde que se reveló que ambos egresaron del Instituto de Pediatría de Paraná como NN en marzo de 1978.

Según la reconstrucción de la historia que pudieron realizar principalmente organismos de DDHH, Sabrina fue entregada en marzo de 1978 a un hogar de huérfanos en Rosario, de donde la adoptó legalmente y con amor, una familia de la ciudad de Ramallo.

Era la época de la trágica dictadura militar, en la cual Entre Ríos y las provincias del litoral estaban bajo las órdenes del general Leopoldo Fortunato Galtieri, por entonces jefe del Segundo Cuerpo de Ejército con asiento en Rosario.

Hija de una trabajadora social santafesina de nombre Raquel Negro y de un militante político nacido en San Juan - Tulio Valenzuela al que le decían 'Tucho' - esta joven un día de diciembre de 2008 pudo conocer su verdadera identidad. Pudo saber después de 30 años que sus papás eran Raquel y Tucho, ambos detenidos y hasta hoy desaparecidos por la dictadura militar.

Pero... ¿y dónde está el melli que falta?

La búsqueda de este bebé y las responsabilidades de los médicos pediatras Miguel Torrealday, David Vainstub y Jorge Rossi, fue juzgada por la justicia Federal paranaense por sustracción y sustitución de identidad.

Más allá de la sentencia de hoy del Juez Federal Roberto López Arango, quedará pendiente por parte de estos médicos, y tal vez de otros más, aportes que ayuden a esclarecer lo que sucedió.
"Los médicos saben a quién le entregaron al Melli. Teníamos esperanza de que rompieran el pacto de silencio"
Sabrina Gullino Valenzuela Negro, contó que "es fuerte escuchar mi historia pero creo que es necesario que los medios de comunicación puedan participar en la reconstrucción de la verdad histórica".

Sobre el adelanto de sentencia, indicó que "teníamos esperanzas de que se rompiera el pacto de silencio entre los médicos. Fue sorprendente para todos cómo hizo un giro de guión nuestro nacimiento en el Hospital Militar y nuestra posterior derivación al Instituto Privado de Pediatría (IPP). El mismo represor Amelon, ejerciendo el derecho de su autodefensa, lo interpeló a Torrealday exigiéndole que diga a quién le entregaron el Melli. Fue como si hubiera un robo dentro de otro robo".

"Personalmente llamé a los médicos por separado para hablar. Fui con mi hermano Sebastián y con Marcos Terico, de Abuelas de Plaza de Mayo, a reunirme con los médicos. Los cuatro nos esperaron de manera corporativa en el IPP, en marzo del 2013. Subimos a una oficina y se notaba que había una situación de algo que no se estaba diciendo. Preguntábamos por el libro de producción, que es donde están todos los ingresos de bebés desde que se inicia el IPP. De los 2600 casos, dos provenían del Hospital Militar. Estábamos como Soledad López y NN López. Hablando con ellos en esa reunión fue el mismo Torrealday el que simulaba ayudarnos a entender el libro. Me dijo que mi hermanito había entrado descoplejizado y que a los dos nos llevó la misma persona. Remarcó que `de ahí salió vivito y coleando´. A partir de ahí empezamos a pensar que ellos sabían mucho más", relató.

En ese sentido, expresó que "estoy muy tranquila y contenta del recorrido que hemos hecho. Pienso que este juicio es un hecho histórico para la provincia. Podemos decir que los socios civiles de los genocidas fueron juzgados y no hubo impunidad".

"La cúpula médica dice tener una `amnesia corporativa´ y las enfermeras nos han dicho lo que saben, pero son el eslabón más débil en la institución. Una de ellas me dijo que el mellizo vivía en Córdoba y era un médico recibido. No lo pudo sostener ni concretar, pero es una pista que dice con cierta cercanía hacia mí. Entendemos que las enfermeras y el personas que trabajaba allí se siente presionado porque en su momento las autoridades les dieron una mano para trabajar", indicó.

Asimismo, dijo que "nosotros sabemos sobre el momento en el que secuestraron a Raquel y Tucho en Mar del Plata, el 2 de enero de 1978. Luego se dio el traslado y los controles desde la Quinta de Funes hacia el Hospital Militar de Paraná, donde Raquel estuvo 15 días. Nosotros nacimos entre el 3 y el 4 de marzo. Hay una reconstrucción importante. Hay una enfermera del Hospital Militar que dice que vino un médico con un camillero y dos incubadoras, así nos trasladaron al IPP. Otra enfermera dice que Torrealday entró con el bebé NN envuelto en una manta, que le hizo separar una incubadora. Las enfermeras lo vieron, se decía que eran los hijos de una guerrillera. Se decía que había enfermeras que nos hacían upa porque les daba lástima que no tuviéramos ni mamá ni papá. También nos dijeron que el 27 de marzo tuvimos el alta y ese mismo día a mí me dejaron abandonada en un hogar de huérfanos. Entré en el sistema legal de adopción y me adoptó la familia Gullino el 3 de abril y nos fuimos a Ramallo. Desde el 27 de marzo en adelante no hubo más datos sobre el Melli".

Remarcó que "no existe en Argentina ningún otro caso de restitución que se pueda detallar minuciosamente como el nuestro. Puede haber que haya otros casos. Pedimos que el que tenga dudas se comunique para que se empiece a investigar. Buscando a mi hermano mellizo me encontré con un montón de hermanos de H.I.J.O.S. que me acompañan en este camino. Cada persona que recupera su identidad acepta su historia como puede. La lucha es un hacer con otro y con amor, es una lucha colectiva".

Habló sobre su historia personal y cómo comenzó la búsqueda de su identidad. "Tuve una infancia genial, mis padres son amorosos. Yo comencé a tomar conciencia del terrorismo de Estado cuando me fui a Rosario a estudiar Comunicación Social. Cuando iba a la secundaria no se hablaba de la dictadura cívico-militar. Empecé a acompañar a H.I.J.O.S Rosario, iba a los escraches, participaba en todo, pero desde un lugar más alejado. Mis papás siempre me dijeron que yo era adoptada. Yo cuando veía los casos en la televisión les preguntaba si no era posible que fuese hija de desaparecidos. Ellos me decían `No Sabri si tu adopción es legal, tenemos tu expediente de adopción guardado´. Lo único por lo que podía serlo era por la fecha de nacimiento. No obstante llamé a Abuelas de Plaza de Mayo un viernes. El domingo me llegó la citación de la justicia paranaense y vine a hacerme el ADN".

"Mis padres tuvieron una entereza para contenerme. Un domingo llegó un cabo de la Policía Federal, tocó el timbre de casa y me entregó un papelito que era de la `Causa Trimarco y otros´ y estaban citados mis viejos. Estaba mi hermana, nos pusimos a buscar en internet. Apareció que un represor de la Quinta de Funes dijo que a la hija de Raquel Negro la habían dejado abandonada en un hogar de huérfanos de Rosario. Mis padres vieron eso, se sorprendieron y el martes siguiente vinimos a Paraná. Me acompañaron muchísimo", agregó.

Respecto a la búsqueda de su mellizo, contó: "la pista de que está en Córdoba surgió en 2011, cuando aparece el Instituto Alac como posible destino del Melli en caso de que hubiera tenido algún problema de salud más complejo. Empezamos a investigar y daba como que el instituto había quebrado. En el juicio aparece con mucho más fuerza la relación que existía entre el IPP y el Instituto Alac. Aparece en el relato de los testigos que varios médicos se fueron a capacitar con ellos, que también varias enfermeras lo hicieron. En la pericia caligráfica aparecía que la enfermera Cuatrín había inscripto a Soledad López, que era el nombre que me habían puesto a mí. La citan, se produce el careo y confirmó lo que me había dicho a mí, que había un chico médico que podía ser el Melli. Ese mismo día nos enteramos de que Eduardo Alac, el hijo de Jacobo Alac, el dueño del instituto, moría en un accidente doméstico muy raro".

"En el 2008 también se dio un hecho dudoso. Se suicidó el teniente coronel Paul Navone, que eran quien coordinaba todo lo que sucedía en el Hospital Militar. Eso fue en febrero, antes de la restitución de mi identidad. En septiembre de ese año, al médico Antonio Zacarías, jefe de terapia del Hospital Militar y quien reconoció haberla visto a Raquel, tuvo un intento de homicidio o suicidio. Por si quedaban dudas, dejan un mensaje a la directora del Hospital San Martín diciéndole: `se salvó en el penal pero lo vamos a hacer mierda en el hospital´", dijo.

Para buscar a su hermano "viajé a Córdoba, tuve reuniones con varias organizaciones de Derechos Humanos, fuimos a cruzar investigaciones".

"Para nosotros fue todo un aprendizaje la causa. El IPP tuvo una participación clave. Si no hubiera existido nuestra sustitución de identidad no se hubiera llevado adelante. En principio nosotros pedimos procesamiento para Torrealday. La misma Cámara de Apelaciones dijo que había pruebas suficientes para que los otros dos médicos también sean procesados. No es algo que decimos nosotros, sino el mismo proceso judicial fue dándole forma al juicio y a la sentencia. Nosotros lo que queríamos era que se pudiera reconstruir la verdad. Los testigos son grandes, las enfermeras son grandes. Queríamos saber la verdad. Los médicos saben a quién le entregaron al Melli", remarcó.

"Creo que el Melli está buscando su identidad. Creo que vamos avanzando, tengo esperanzas de encontrarlo", manifestó.

"Es como si Sabrina recibe el mandato, no sólo de asumir de dónde viene, sino también a dónde tiene que ir"
Julia Tizzoni es docente jubilada, ex detenida, contemporánea de la madre de Sabrina Gullino Valenzuela Negro. "A Sabrina la he seguido desde el principio, pero a una cierta distancia, porque me parecía demasiado delicada su historia, y yo también tengo una historia. Decidí observarla siempre, sus gestos, la evolución que ha presentado desde el momento en que ella se encuentra con su realidad, con su historia, y desde ese principio, preguntándome cómo reaccionará una chica de 30 años frente a una historia de sus padres que ha sido dolorosa. La vi siempre con una serenidad admirable, abrazar esa historia, comprenderla, incorporarla a su existencia y a partir de ahí, es como que ella recibe el mandato, no sólo de asumir de dónde viene, sino también a dónde tiene que ir, es decir, emprender esa lucha de la búsqueda de aquél ser que ella conoce desde el seno de su madre".

"Mi historia ha sido la de tantos, pero he tenido la suerte de no ser una desaparecida. Era docente en ese momento y mis actividades eran la docencia y hacer algo de gremialismo", detalló.

Tizzoni contó que fue "detenida a raíz de una condena por asociación ilícita. En aquella época los que teníamos que ver con la realidad por la que peleábamos y queríamos transformar inmediatamente, ya nos tildaban de pertenecer a una asociación ilícita. A todos se nos involucró luego en el consejo de guerra por el caso Cáceres Monié, y no sabía nada, pero todos estamos involucrados en esa `bolsa`, estaba mal hecho ese consejo, que el mismo consejo superior de las fuerzas armadas en buenos aires lo anula, pero quedamos presos, y somos trasladados a devoto y ahí permanecimos seis años. En un pasillo de la cárcel me encuentro con una ex alumna mía, Adriana Beade".

"Fue una sorpresa muy grande haber quedado detenida, no me la esperaba; yo tenía un compromiso, pero este era gremial, con la docencia, con la pelea de determinados ideales que cualquier persona puede tener. Uno creía que los secuestros de los militares tenían que ver con la lucha armada, pero no con gente que nos reuníamos para discutir qué medidas políticas educativas tomar, para mejorar la educación, el nivel", destacó la docente jubilada.

Tizzoni se definió como "una persona que podía contagiar a otros a sumarse per a la lucha de mejorar la educación, a abrir la mentalidad de la época".

"Precisamente la emoción, el sentimiento y la solidaridad es lo que nos ha permitido a nosotras, estar acá, en estas condiciones. No nos volvimos locas porque la situación era para perder la cabeza. La lucidez de determinados análisis de compañeros más preparados que uno, nos permitió superar ese trago amargo", confió.

"Los médicos no están en el juicio por complicidad, sino por ser los autores materiales del delito"
Marcelo Boykens, Abogado querellante Registro Único de la Verdad, dijo que "siempre señalamos que la dictadura fue cívico-militar. Hubo empresarios que hicieron grandes negocios con la dictadura y los distintos delitos que se llevaron adelante necesitaron de una estructura burocrática civil. Este caso es emblemático porque para la apropiación de los mellizos hubo una cadena de representantes de la sociedad civil, en este caso médicos. Seguramente atrás de eso hubo escribanos, jueces de menores que permitieron que el mellizo sea apropiado. Sabrina entró dentro del circuito legal de adopción".

"A Miguel Alberto Torrealday se le dio la pena de nueve años, lo consideró el juez como partícipe necesario. A David Vainstub y Jorge Rossi se les dio la pena de seis años e inhabilitación para ejercer la profesión. Nosotros pedimos una pena de 15 años para los tres imputados. Consideramos que son igual de responsables. La pena que se les dio es alta y de momento nos parece satisfactoria", explicó.

"Nos enteramos que muchos testigos de la causa recibieron presiones a la hora de dar su testimonio. Es preocupante, vamos a investigar de quién vino eso. Durante la causa tuvimos un falso testimonio pero se va a investigar si es así o no. La búsqueda del Melli no corre solo por los carriles judiciales, sino que diariamente desde hace 40 años lo buscamos. En el Registro Único de la Verdad hay 140 legajos con denuncias anónimas, de las cuales aquellas que tienen algún indicio de verosimilitud son remitidas al Banco Internacional de Datos", indicó.

Sobre la sentencia, señaló que "los médicos pueden apelar, ya han hecho lo que se llama reserva de casación. Estamos confiados en que no se puede reducir la pena. Estuvimos hablando de las primeras impresiones acerca de si nosotros también vamos a recurrir porque pedimos 15 años y además les atribuimos a los médicos otras responsabilidades. Creemos que no se puede dar vuelta esta sentencia. De momento no tienen ni siquiera prisión preventiva, eso se pedirá seguramente en los próximos días".

Aclaró que "no está en duda la trayectoria del Instituto Privado de Pediatría ni sus médicos. De hecho Sabrina y el Melli están vivos porque pasaron por allí. No todos los chicos atendidos ahí fueron apropiados, solo se dio en estos dos casos. Los médicos no cumplieron con ese deber de informar que en ese momento había dos chicos registrados como NN. No solo no lo hicieron en ese momento, sino que lo siguen negando hoy. El argumento de la defensa dice que los mellizos no pasaron por el IPP a pesar de todos los testimonios que se dieron en el debate oral y a pesar de la reunión que mantuvo Sabrina con los médicos. Ese día fueron a hablar con ellos como testigos y salieron como imputados. Ellos no están en el juicio por complicidad, sino por ser los autores materiales del delito. De igual manera, al principio jamás imaginamos llegar a una sentencia de condena".

"La búsqueda de nuestros hermanos, es la búsqueda de los desaparecidos vivos"
Clarisa Sobko pertenece a HIJOS Paraná. "Como regional Paraná nos volvimos a constituir en 2005, en el mismo momento en que se abre la causa Hospital Militar, solo tres años después nos encontramos con Sabrina Gullino Valenzuela Negro. Es especial esta causa, más allá de juzgar a los responsables, para obtener cierto grado de reparación, al ver algún porcentaje de los responsables condenados y de obtener verdad en el poder judicial. La búsqueda de nuestros hermanos, es la búsqueda de los desaparecidos vivos. Tiene ese plus de empuje, de motor, y a la vez es una búsqueda de un sujeto vivo, que no es lo mismo que buscar de nuestros desaparecidos, sus cuerpos. Encontrarte con la vida tiene ese otro plus", aseveró.

Sobko recordó que "la entrega en adopción es un circuito que se ha dado desde el `75 hasta el `79, en esa época es cuando más casos de apropiación de niños ya nacidos se ha dado, secuestrados junto a su madre o secuestrados solos. Los secuestrados en el `76 ya tenían dos años".

"La apropiación en la Argentina tiene en su desarrollo en la inscripción de aquel otro como hijo legítimo, como que salió del vientre de la mujer que lo inscribe como su hijo. No solamente ha habido casos de aquellos que tienen adopciones legales, y que pueden buscar", puso relevancia.

"El motor principal no ha sido el juicio, sino encontrar al Melli"
Adriana Beade es Psicóloga, ex detenida y autora de la investigación sobre la adopción en la dictadura e identidad.

"Soy parte de un equipo que dirige la doctora Gladys Martínez y que alojó la UNER, interdisciplinario, que el objetivo fue reconstruir circuitos burocráticos administrativos de las adopciones realizadas en el entonces Consejo Provincial del Menor, en el periodo de la dictadura bajo la ley 19134", mencionó la profesional.

Aseveró que el motor principal de esta adopción "es no solo el acompañamiento a la `búsqueda del melli`, sino también el aportar desde la universidad al esclarecimiento de las identidades. La ley 19134 abre la figura de la adopción plena, y de algún modo habilita el borramiento del origen de los niños adoptados".

Puso relevancia en que estas causas "no sólo por la búsqueda del melli, sino por los más de los 400 niños apropiados durante la dictadura, me conmueven profundamente y supongo que a cada uno de los que integramos esta sociedad, nos pasa algo parecido. Tenemos una historia reciente de mucho desgarramiento y dolor".

Adriana Beade recordó que fue víctima del terrorismo de Estado. "Soy testigo querellante en la causa Feced III, en Rosario. Era estudiante de la Universidad Nacional de Rosario, de la Licenciatura en Historia, estudios que interrumpió la dictadura. Estuve secuestrada, fui presa política y me fui al exilio, estudié psicología en Barcelona. Regresé en 1994, al país, muy feliz de poder hacerlo".

Respecto de su historia personal, Beade dijo: "En Devoto compartí muy pocos días con las compañeras de Paraná, pasé casi todo el tiempo en un piso en dónde quiénes estaban eran de Buenos Aires, venían de la cárcel de Olmos. Muy pocos días antes de salir me trasladan a un piso en el que me encuentro con muchas compañeras de Paraná, entre ellas encuentro a Julia, y nos causó mucha emoción".

"Todas las personas somas distintas en cómo encajamos los avatares de la vida. El camino de Sabrina es muy admirable en este sentido. Con la entereza, pero también con historia, como muchos otros. Pero cómo queda integrada en una identidad, depende de los recursos que cada uno tenga", destacó la profesional.

Al ser consultada respecto del apellido de Sabrina y cómo ella decide nombrarse, Sabrina Gullino Valenzuela Negro. "El apellido hace más mención a los aspectos legales que contribuyen a la identidad, pero la identidad es algo infinitamente más amplio que este aspecto legal", dejó en claro la psicóloga.

"A algunos de los médicos condenados los conozco y no tengo la menor duda de que deben haber salvado muchas vidas, pero acá, para los tres acusados, esto es cosa juzgada. Yo seguiría apelando a que queremos saber que es dónde está el Melli, porque lo cierto es que seguimos sin saber a quiénes lo entregaron. El motor principal no ha sido el juicio, sino encontrarlo. Para los que trabajamos en instituciones públicas, con niños y adolescentes particularmente, la responsabilidad del Estado, de los agentes de salud, cuando nos toca intervenir en un caso de un niño y un adolescente, debemos salvaguardar sus derechos. La obligación de un agente de salud es de quién es este niño y a quién le estoy entregando este niño", puso relevancia Beade.

La opinión de los panelistas
El conductor del programa Lalo Foncea, opinó que la ciudadanía de Paraná "ha recibido este martes, con sorpresa y conmoción, la noticia de la condena de tres médicos de reconocida trayectoria en Paraná".

A su vez, opinó que "la historia de Sabrina es muy fuerte, pero también tenemos historias sobrepuestas, y seguramente contemporáneas a la mamá de ella. Es muy emocionante".

La periodista Luz Alcain, destacó que lo importante en este caso y en tantos otros "la complicidad civil, en una ciudad tan chica, y tan habituada a circular, a llevar sus chicos al IPP. Esto nos interpela a todos como ciudadanos de Paraná. Tenemos que preguntarnos qué pasaba en 1978, el IPP no era un centro clandestino de detención, era un centro de atención de niños".

Manifestó además: "Nos interpela y nos sigue interpelando, porque este delito se sigue cometiendo, porque el Melli no sabe quién es y Sabrina no puede dar con él. Todos los días se vuelve a cometer este delito y por eso es importante, faltaron testimonios. Hay profunda desazón porque este juicio tenía que dar con la verdad respecto del Melli. Más allá de las condenas, esto sigue pesando. Estamos todos involucrados como paranaenses".

"Es increíble que estas personas (los médicos) hayan llegado a esta instancia y sigan en silencio. Todos pensamos que con el correr de los días iban a hablar, debe haber algo muy pesado detrás de esto", opinó Alcain.

La periodista Ana Tepsich mencionó que ella ha llevado en innumerable cantidad de oportunidades, a sus hijas al IPP, "las atendieron estos médicos cuando yo las llevaba a la guardia, cuando su pediatra no estaba. Como decía una de las televidentes, `no lo puedo creer`. A mí también me cuesta, esa gente trabajaba con niños, salvaba vidas?".

La periodista Claudia Yauck, se preguntó si durante el proceso de investigación en la búsqueda del Melli hubo otros casos similares en la provincia.

El periodista Sebastián Martínez, dijo que "tenemos que analizar qué pasó en democracia. El Dr. Torrealday fue funcionario, fue Secretario de Salud de la Provincia. Hubo un estado que luchó para desarchivar la causa luego de que se diera la posibilidad de restituir los juicios que estaban prohibidos por el punto final de audiencia de vida. Es una trama muy larga que hoy tiene una gran noticia que va a terminar siendo un hito en la historia entrerriana".

El panelista Mariano Kohan, señaló que "estábamos acostumbrados a que la apropiación de bebés se hacía al pie de la mesa de tortura, o sea en el lugar donde estaban torturando una persona daba a luz y en ese momento se apropiaban o entregaban en adopción a los bebés los que eran testigos directos de la tortura y del robo".
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