Tanto es así que autoridades municipales informaron que la situación empieza a complicar el normal funcionamiento de la producción de agua. Es que la bajante provoca que las bombas impulsoras de agua cruda a las plantas potabilizadoras caigan en su rendimiento.
Hace un año, el río alcanzó los 2,08 metros, el 25 de septiembre. Posteriormente fue creciendo, hasta alcanzar los 4,35 metros a mediados de febrero desde cuando empezó a agudizarse su caída.
Según el Instituto Nacional del Agua (INA), el caudal por debajo del promedio histórico para la fecha se mantendrá durante las próximas semanas. Para la época, el nivel medio histórico en Paraná es de 2,58 metros. En los pronósticos extendidos, el Paraná y sus distintos afluentes muestran condiciones de bajante. El INA informó que el río Paraná en Brasil tiene un aporte inferior al normal; en el tramo paraguayoargentino muestra un caudal bajo sin tendencia; el río Paraguay, uno de los afluentes del Paraná, tiene su caudal en leve disminución; mientras que el Paraná en territorio argentino evidencia una persistencia a la bajante.