Sociedad Por defender a la Patria

El maestro héroe que no regresó de Malvinas: La carta que envió a sus alumnos

La historia de Julio Rubén Cao, el docente que dejó todo para irse a la guerra de Malvinas y no pudo conocer a su hija. "Quiero que se pongan muy contentos porque su maestro es un soldado que los quiere y los extraña", escribió.
"Yo no podría jamás sentarme en un escritorio frente a mis alumnos, hablarles de San Martín y Belgrano, si hoy, como maestro no voy a defender a la Patria", le respondió Julio Rubén Cao a su mamá cuando ella le dijo que aún no había sido notificado para ir a la guerra de Malvinas.
"Llamaron a la clase de él, pero la carta no le había llegado. Pero fue y se presentó. Tenía 21 años, su esposa estaba embarazada de cinco meses, él pensó que iba a volver", le dice a Crónica.
Delmira la mamá de Julio. Junto a ella está su nieta, a quien el único maestro soldado no llegó a conocer. Por un compañero supieron que le quería poner Julio a su hijo, lo que no sabía era que iba a ser nena, entonces, cuando nació, la mujer de Cao la llamó Julia. "Mi hijo tenía valores tan grandes que no podía no haber ido. Aunque no llegó la carta fue, se hubiera sentido un cobarde frente a sus alumnos", recuerda su mamá.
Antes de irse, Julio fue a ver a Pachy, uno de sus alumnos pero como no estaba, le dejó una nota que el estudiante guardó todos estos años. Además, años más tarde, le puso Julio a su hijo. En junio pasado y gracias a la labor de la Cruz Roja Internacional, Delmira finalmente supo dónde estaba enterrado su hijo. "No quiero que lo traigan. Quiero que quede allá, en esa tierra murió y por ella luchó", sostiene su mamá, que fue presidenta de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas durante mucho tiempo.
"Cuando él no volvió, creí que no lo iba a soportar. Pero yo sabía que él estaría contento de que yo también estuviera luchando por Malvinas", dice la mujer, quien a principios de los 90 perdió a su esposo -"murió de dolor", dice ella con seguridad- y después, a otro de sus hijos.

"Las guerras no sirven. Sólo traen destrucción y muerte", sostiene Delmira a quien se le nubla la mirada cuando dicen que lo que más le duele es que Julio no pudo conocer a su hija. "Era una persona muy buena. Hubiera seguido haciendo caminos enseñando", dice con nostalgia.
A su lado, Julia escucha, ella habla poco. Desde chica le contaron lo que había pasado con su papá. "Con él nunca me enojé, sí con la situación de cómo se llegó a la guerra", dice Julia que recuerda con mucha emoción cuando viajó a Malvinas y fue al cementerio. Siente que cuando se cumplieron los 30 años de la guerra la sociedad se comprometió más con una causa que durante mucho tiempo estuvo callada, quizá por el dolor de los recuerdos de una batalla que regó de muerte a los argentinos.
"Tenemos que recuperarlas pero por la paz, con guerras no", afirma la mamá del maestro soldado, que en pleno conflicto, pasándola mal, le escribió una carta a sus alumnos. "No hemos tenido tiempo para despedirnos y eso me ha tenido preocupado muchas noches aquí en Malvinas, donde me encuentro cumpliendo mi labor de soldado: defender la Bandera. Espero que ustedes no se preocupen mucho por mí porque muy pronto vamos a estar juntos nuevamente y vamos a cerrar los ojos y nos vamos a subir a nuestro inmenso Cóndor y le vamos a decir que nos lleve a todos al país de los cuentos que como ustedes saben queda muy cerca de las Malvinas", escribió con letra clara.

"Chicos, quiero que sepan que a las noches cuando me acuesto cierro los ojos y veo cada una de sus caritas riendo y jugando; cuando me duermo sueño que estoy con ustedes. Quiero que se pongan muy contentos porque su maestro es un soldado que los quiere y los extraña. Ahora sólo le pido a Dios volver pronto con ustedes. Muchos cariños de su maestro que nunca se olvida de ustedes. Julio".
Julio murió en la batalla de Monte Longdon el 10 de junio de 1982. Hoy la escuela de Escuela N°32 de Gregorio de Laferrere donde estaba al frente de 3° D, lleva su nombre.
Batalla de Monte Longdon
Julio Rubén Cao falleció en la batalla de Monte Longdon, considerada la más importante durante el conflicto de las Islas Malvinas. En primera instancia, porque se llegó al combate cuerpo a cuerpo, poco usual en la guerra moderna, y en segundo término, por el lugar: se trata de una posición clave para la guarnición argentina.
El resultado fue favorable al poderío inglés. Comenzó en la noche del 11 de junio y se extendió hasta la madrugada del 12. De acuerdo con los relatos de los sobrevivientes, fue la detonación de una mina que pisó un paracaidista británico lo que alertó a las tropas argentinas del inminente ataque sorpresa.
"¡Scali, ponete el casco que nos están atacando!", cuentan que gritó el jefe del primer pelotón de la compañía B del RI7, Juan Domingo Baldini. Segundos después, el cielo se iluminó por la artillería de campaña de los británicos que protegían el avance de los 300 paracaídistas. Baldini murió minutos después, acribillado, cuando intentó salvar a uno de sus soldados.
La batalla terminó a las 7 de la mañana del 12 de junio, cuando el jefe del RI7 ordenó a las tropas que se replegaran hacia Wirelles Ridge. Sobre las rocas de aquel desértico lugar quedaron más de cien heridos, 23 soldados británicos sin vida y otros 29 argentinos. Entre ellos, Julio Cao. El maestro soldado. Fuente: (Crónica).-
El comentario no será publicado ya que no encuadra dentro de las normas de participación de publicación preestablecidas.

NOTICIAS DESTACADAS