Cuándo abrió la puerta delantera de su casa se encontró con un ejemplar de un yarará de 1,70 metros enroscada en posición de ataque.
La mujer, al observar la escena, cerró la puerta y salió para pedir ayuda. El marido terminó matando la víbora para cuidar a su familia y las mascotas.
Los vecinos están cansados de este tipo de "bichos en el barrio" y señalan que la causa son los los basurales que se forman por la gente de la zona tira los residuos. "Vienen a limpiar pero al rato la gente va y forma de nuevo el basural. También destacó los altos pastizales que hay en la zona", se quejó.
Acosados por víboras venenosas
En el barrio Los Pájaros donde conviven familias de escasos recursos tienen miedo de morir por una picadura de víbora. A pocas horas de haber encontrado la yarará apareció otro ejemplar de unos 1,50 metros.
En el barrio se sacan fotos con las víboras muertas y hasta se ríen de la situación que les toca vivir.
