Mientras que su madre, Carina Di Marco, se encontraba internada en la maternidad del hospital puntano, dando a luz el tercer hijo de su relación con Lucas Gómez, hombre que pocos días después fue detenido acusado del crimen, imputación que luego se le sumó la de abuso sexual reiterado.
En un primer momento, la madre de la niña se mostró ante las cámaras amamantando al recién nacido pero sorprendida por lo ocurrido. Y un día como hoy pero del año pasado, la jueza Virginia Palacios, tras citarla a su despacho, terminó imputándola como partícipe necesaria en los hechos sucedidos y la envió a la cárcel.
Poco tiempo después, Lucas Gómez, abrumado por las pruebas en su contra se ahorcó con el cordón de su jogging en la celda de aislamiento del penal de Pampa de las Salinas, de la Botija, en el norte de San Luis.
El pasado
De acuerdo con la investigación que llevó a cabo la jueza Palacios, los abusos eran un tormento reiterado en la vida de Florencia según se desprende de la autopsia y que uno de los peritos anticipó a los medios.Así fue que Gómez, padrastro de la nena, tras los resultados de ADN que lo señalaba inequívocamente de ser el violador, tuvo una razón para decidir, en la madrugada de aquel 23 de marzo, después del último violento ataque acabar con la vida de la menor.
Fue imputado de abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado por la calidad de guardador y el aprovechamiento de la situación de convivencia, en concurso real con homicidio agravado criminis causa, por perpetrarse con alevosía y mediar circunstancias de violencia de género, calificación que tiene prevista la prisión perpetua.