Además, para ponerle más emoción a la historia, la agenda no tenía ningún dato del dueño, Guillermo no se acordaba la patente del vehículo, solo tenía en mente los colores.
"Di vueltas por el centro a ver si lo veía, pero no lo encontré. Revisé varias veces la agenda para ver si tenía algún nombre, dirección o dato que me pueda llevar hasta él, pero sólo encontré el ticket de un banco donde había hecho un depósito, además de dinero en efectivo y una chequera completa", asegura Guillermo, quien decidió primero anunciar el hallazgo por radio y como nadie se comunicó lo posteó en Facebook.
A partir de la red social pudo dar con el propietario de la agenda perdida. "Me escribió un montón de gente, con comentarios buenos y malos. Hasta que pude dar con el dueño de la agenda y la vinieron a buscar", cuenta el joven.
Cuando el hombre fue a buscar lo que había perdido le dio 2 mil pesos a Guillermo, quien dice que no "esperaba nada" que hizo "lo que me enseñó mi familia que es devolver las cosas que no son mías".
Guillermo dice que ese dinero lo ayudó mucho porque alquila y tiene "un montón de deudas".
La beca
Guillermo abandonó el secundario en tercer año. Después de este gran gesto autoridades de la Fundación de Altos Estudios para la Nueva Argentina (FAENA) le otorgaron una beca para que pueda completar sus estudios de manera libre.La historia viajo tanto que llegó a manos del presidente, quien lo llamó y según Guillermo fue "muy buena onda".
"Atendí y me dijeron que se comunicaban de Protocolo de Presidencia y que en 15 minutos me iba a llamar el Presidente, que espere su llamado. Pensé que era un chiste al principio. ¡No pasaban más esos quince minutos! Yo estaba muy nervioso, pero fue muy buena onda. Hablamos de todo un poco, le pregunté qué comidas le gustaban. Me dijo que le encantan los fideos al pesto con anchoas, yo le dije que no era muy amante de las anchoas pero que si le gustan a él, está bien", cuenta el neuquino.