Sociedad Sacrificio y compromiso

Muchas veces fue a la escuela sin comer, tiene las mejores notas y es abanderada

Agustina Ragni tiene las mejores notas de su escuela. Vive sola con su mamá, que es empleada doméstica. Y a pesar que hubo días en los que no tenía ni para comer, comienza el ciclo lectivo como abanderada. Conocé su historia.
Ejemplo de dedicación: algunos días no tenía para comer y es abanderada

Muchas veces fue a la escuela sin comer, pero tiene las mejores notas y es abandera

A los 17 años, Agustina Ragni está lista para empezar su último año de alumna. Y será con un gran honor: ser la encargada de portar la bandera nacional. Gracias a su promedio, que es el mejor de toda la Escuela Secundaria N°2 de Burzaco, localidad en la que vive, será la abanderada del acto de inicio de clases.

Pero no son solamente sus excelentes notas, que no llegan al 10 sólo en muy pocas ocasiones, las que demuestran el grado de sacrificio y compromiso de la joven con el estudio. Las condiciones en las que vive Agustina distan de ser las ideales para cualquier chico de su edad.

Cuando tenía dos años, su papá los abandonó a ella, su mamá y sus dos hermanos mayores, Matías y Lucas. Desde entonces Mirta, su mamá, se hizo cargo de los tres y comenzó a tomar trabajos como empleada doméstica y cuidadora de ancianos y bebés. Ahora madre e hija viven solas, y hay días en los que la plata no les alcanza para llevar comida a la mesa.

A pesar de estas adversidades, Agustina encuentra cada día la fuerza para seguir adelante y destacarse en el estudio. Y los docentes y preceptores de su colegio son, desde el año pasado, una parte esencial en ese proceso.

"Hasta hace poco nadie en la escuela sabía de la situación en casa. Pero un día del año pasado, Agus se descompuso en el colegio y cuando le comenté a Laura, su preceptora, que esa mañana no había desayunado porque no teníamos nada para comer, se quedó muy sorprendida", cuenta Mirta, la mamá de la alumna.

Desde ese día, los docentes de la escuela, con Laura a la cabeza, comenzaron a juntar alimentos, ropa y plata para ayudar a Agustina y a su mamá. "Me emocioné mucho cuando me enteré de toda la movida de mis profes. Me hizo dar cuenta de que todavía hay gente buena en el mundo", admite la chica.

La relación que la alumna mantiene con Laura, que fue su preceptora en 3° y 5° año, es muy especial. Tanto es así que la mujer se ofreció a acompañarla a comprar ropa para el acto de fin de año de 2017, cuando anunciaron que sería abanderada.

"Es una chica muy bella por dentro y por fuera, tiene asistencia perfecta y es querida por todos. Se merece todo el reconocimiento del mundo", asegura Laura.

La responsabilidad con el estudio es una cualidad que acompaña a Agustina desde sus primeros años escolares. "De chica me ponía yo sola a hacer la tarea y siempre trataba de arreglármelas. Estudiar es algo que disfruto y creo que es muy importante para el futuro", sostiene.

Ahora que llegó el comienzo del fin para esta etapa, la alumna no puede evitar sentir cierta nostalgia anticipada. "Voy a disfrutar mucho este año porque sé que el colegio es algo que voy a extrañar", reconoce Agustina.

Y a pesar de todas sus carencias y dificultades, no se olvida de pensar en el otro. "A los que me ayudaron les deseo que reciban el doble de lo que me dieron. A mí mamá espero poder comprarle una casa algún día. Quiero devolverle todo lo que ella hizo por mí", concluye emocionada.
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