El ataque de los perros cimarrones no tiene precedentes en la zona, donde hubo en otros tiempos animales cebados, pero nunca con la ferocidad y la eficacia mortal que ocurrió el fin de semana. El dueño de la finca explicó que las cabras habían sido degolladas y otras murieron aplastadas, ya que al no poder huir se amontonaron contra las paredes del corral y fueron abatidas por el peso de cientos de los asustados animales.
"Nada pudimos hacer. A pesar de que teníamos un perro cabrero, el mismo no reaccionó ante la matanza de sus pares y el rebaño enmudeció de terror. Apenas clareó nos dimos cuenta de la masacre de nuestro emprendimiento y comenzamos a solicitar ayuda para sacrificar a los animales moribundos aún", dijo el propietario al diario El Tribuno."Quedamos shockeados y en pocos minutos la noticia corrió por todo el pueblo. En un rato muchas personas se acercaron para ayudar y otras para que le donáramos la carne fresca de los animales que estábamos sacrificando, porque estaban muy heridos. En medio de esta desgracia cientos de kilos de carne fueron aprovechados por los vecinos, instituciones y gente común, muy necesitada que además nos dio una mano. De más está decir que hemos denunciado los hechos y el perjuicio causado en nuestra economía familiar y una vez más queda claro que aquellos que crían perros y no los cuidan como es debido terminan siendo los causantes de estos incidentes que provocan pérdidas cuantiosas", manifestó el hombre.