Sociedad Dolor en Córdoba

Despidieron los restos del policía muerto en sangrienta y feroz balacera

Los restos del cabo Franco Ferraro, que fue asesinado por delincuentes en Nueva Córdoba, fueron inhumados en San Carlos Minas. Amigos lo recordaron como un joven responsable y abocado a la fuerza.
Los restos del cabo Franco Ferraro, que fue asesinado en la madrugada de ayer por delincuentes durante un tiroteo en el barrio Nueva Córdoba de la capital provincial, tras un golpe comando a una oficina donde los ladrones se apoderaron de unos tres millones de pesos, fueron velados ante familiares y vecinos en su localidad natal de San Carlos Minas. Desde las 3 de la madrugada de hoy, los restos de "Gigio" (28) fueron despedidos en un salón municipal de usos múltiples ubicado en San Martín, la avenida principal del pueblo cordobés de 1.800 habitantes ubicado en el noroeste de la provincia.

Se hizo presente la plana mayor de la Policía de Córdoba, jefes del departamento donde se desempeñaba que era la Sección Especial Operaciones Motorizadas (SEOM) y agentes del grupo especial Eter.

En tanto, el secretario de Seguridad de la provincia, Diego Hak, confirmó que una de las armas secuestradas pertenece al lote que fue sustraído de la Jefatura de la Policía de Córdoba en mayo de 2015.

Se trata de una Bersa Thunder Pro, que estaba en posesión de Diego Alberto Tremarchi (32), el único delincuente detenido hasta el momento y que hacía de "campana" mientras el resto de la banda realizaba el asalto, aunque no sería la que provocó la muerte de Ferraro.

La versión del arma de fuego corresponde a la policía ya que el fabricante sólo la vende a fuerzas de seguridad y es una de las 67 unidades que fueron robadas de la jefatura de Policía, señalaron los voceros.
Por su parte, Francisco "Quico" Ferraro, comisario retirado de la Policía de Córdoba, recordó entre lágrimas a su hijo Franco y dijo a la emisora Cadena 3 que "quería que fuera otra cosa".

El padre del joven confesó que, pese a ser de una familia dedicada a la fuerza, él deseaba que que su hijo tuviera otra profesión.
"Quico" Ferraro relató que "Gigio estaba estudiando Ciencias Naturales, pero decidió ingresar a la fuerza" y que finalmente lo siguió "apoyando hasta el día de ayer", lamentó.

Conmocionado y en medio del dolor, agregó: "Como hijo era un excelente chico, un joven muy honesto, muy sano, muy responsable. Era un flor de hijo, como los otros tres que tengo", finalizó.

Por su parte, el cabo Gutiérrez recordó que el policía asesinado "era muy querido, más allá de ser compañero de guardia", y agregó que lo consideraban un "amigo".

"Siempre nos daba su consejo, su apoyo cuando teníamos problemas familiares", señaló Gutiérrez y contó que Ferraro "era muy abocado a lo que era la fuerza, tenía muchos proyectos que quedaron inconclusos".
El entierro de Ferraro estaba previsto para pasado el mediodía, cuando el cura del pueblo oficie el responso.

Su madre, que no estaba presente en el velorio por una descompensación, recibirá la bandera argentina y su padre tomará en sus manos la gorra de policía que usaba "Gigio".
El robo fue cometido alrededor de la 1 de la madrugada de ayer en un edificio ubicado en Rondeau 84, adonde unos siete ladrones ingresaron a un departamento del séptimo piso en momentos en que se encontraba una pareja dedicada a la administración de consorcios.

Bajo amenazas, los delincuentes los despojaron de 2.800.000 pesos en cheques y 200.000 en efectivo, que tenían allí como consecuenia de la reciente venta de un inmueble.

Las fuentes indicaron que un vecino advirtió el hecho y logró dar aviso a la Policía. Cuando los ladrones llegaron a la planta baja para escapar, se inició el tiroteo con la llegada de un patrullero al lugar; que se intensificó cuando otros móviles y motos arribaron para apoyarlo.

En ese primer intercambio de disparos, el cabo Ferraro fue asesinado de un tiro en la nuca en la puerta del edificio.
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