Ferrostaal firmó en 2005 un contrato con la Armada argentina para proveer partes y servicio técnico en la reparación de media vida que se le realizó al sumergible entre 2007 y 2014. El proveedor y socio contractual de la Marina fue la empresa alemana Hawker GmbH, que ya había sido la proveedora de las baterías durante la construcción del submarino en 1983 en Alemania, en los astilleros de Thyssen.
"Para ahorrar costos, a pedido de la Armada no se realizó un cambio completo de las baterías sino sólo un cambio de las celdas de las baterías. El recambio, según nuestras informaciones, fue realizado por la Armada argentina en el astillero Tandanor", indicó Ferrostaal a DPA en la ciudad alemana de Essen.
La compañía señaló que sólo conoció las versiones sobre supuestos actos de corrupción y problemas de calidad de los componentes de baterías provenientes de Alemania a través informaciones difundidas por medios argentinos después de la desaparición del submarino.
"Ferrostaal GmbH no tiene indicios de irregularidades en relación con la conclusión, adjudicación y ejecución de la orden de entrega. Tampoco tenemos pruebas de que Hawker GmbH haya entregado componentes de menor calidad en virtud de este contrato, cuando trabajó en la construcción del navío", subrayó la compañía.
La empresa dio a conocer su versión luego de que una investigación del Ministerio de Defensa alertó sobre "irregularidades" en la compra directa de las baterías del submarino ARA "San Juan", según informó semanas atrás el diario La Nación, información que coincide con una auditoría de la Sindicatura General (Sigen), que también cuestionó el procedimiento.
Desaparecido
El submarino ARA San Juan, con 44 tripulantes, desapareció hace casi un mes frente a las costas patagónicas en el Atlántico Sur y se sospecha que pudo haber sufrido un estallido. Se comunicó por última vez el 15 de noviembre, después de reportar que había ingresado agua salada por el sistema de ventilación y que había generado un cortocircuito y un principio de incendio en el área de las placas de batería en la proa.
Tres horas más tarde, los sensores hidroacústicos de la Organización del Tratado de Prohibición de Ensayos Nucleares captaron una señal de un "evento violento consistente con una explosión" en un punto muy cercano a la última posición obtenida del submarino, a unos 430 kilómetros al este de las costas patagónicas y 1.300 kilómetros al sur de Buenos Aires.
