En los últimos muestreos realizados por especialistas de la Dirección de Ambiente se encontraron vestigios del insecticida organoclorado endosulfán -cuya comercialización se encuentra prohibida por SENASA desde 2011 y el uso y aplicación desde 2013- en el Venerato y en el río Gualeguaychú, a dos kilómetros aguas arriba de la desembocadura del arroyo Gualeyán. En este último caso, se trata de un punto relevante para tomar muestras, por los aportes del escurrimiento de aguas provenientes de zonas rurales.
El endosulfán es un insecticida y acaricida altamente tóxico que está prohibido en más de 50 países, incluida la Unión Europea y varias naciones de Asia y África occidental. Se trata de un agrotóxico muy persistente que puede permanecer en el ambiente por largos períodos de tiempo, particularmente en medios ácidos. La Agencia de Protección Medioambiental de los Estados Unidos (EPA), determinó que el endosulfán tiene potencial alto para bioacumularse en peces y causa daños reproductivos y en el desarrollo de animales y seres humanos
En cuanto al hallazgo de atrazina, los valores que resultaron del análisis de las muestras superarían el límite máximo permitido por la Ley N° 24051 de Residuos Peligrosos. Este herbicida químico fue prohibido en la Unión Europea en 2004 por su persistente contaminación de las aguas subterráneas, ya que tiene la propiedad de diluirse en medios líquidos. Es ampliamente usado para controlar el crecimiento de malezas en agricultura y en los seres humanos causa dermatitis y afectaciones a órganos como riñón e hígado, además tiene un posible efecto como disruptor endocrino.