Sociedad Una revolución

La primera impresora 3D de medicamentos del país está en Córdoba

Permite producir fármacos "a medida". La Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional, donde se usa, analiza alianzas con hospitales públicos.
La impresión 3D llegó a la industria farmacéutica y se proyecta una revolución. Imprimir los medicamentos permitirá personalizar las dosis y mezclas a las necesidades del paciente. En la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) está la primera impresora 3D de fármacos del país que, por ahora, se usa en forma experimental pero con el objetivo de avanzar en alianzas con hospitales públicos para que repliquen la aplicación.

En Estados Unidos, la Food and Drug Administration (FDA) aprobó hace casi dos años la producción del primer medicamento obtenido a través de esta técnica, para el tratamiento de la epilepsia. Ya se comercializa, es el Spritam.

Santiago Palma, doctor en Ciencias Químicas e integrante del grupo de científicos de la UNC que lleva a delante el proyecto, explicó a LA NACION que la tecnología 3D -que tiene un impacto muy alto en todos los rubros- probablemente tendrá efectos más significativos en una primera instancia en la industria farmacéutica.

"En los comienzos será en la producción a pequeña escala, lo que es muy importante, porque se va hacia una medicina personalizada", subrayó. Si bien en los medicamentos sólidos -comprimidos ingeridos por vía oral- se mezclan distintos activos y se logra una alta producción a gran velocidad, "no se puede personalizar". La modalidad para avanzar en esa dirección es, por ahora, la cápsula que se emplea para ajustar combinaciones.

La irrupción de la tecnología 3D -que permite la construcción de un producto por capas- facilita las combinaciones de activos en las dosis requeridas para cada persona. Pero, además, Palma describió que en la UNC están haciendo cilindros huecos que flotan. "La flotabilidad hace que el medicamento llegue al estómago sin pasar por el intestino; es una forma de evitar que 'haga lo que quiera'".

Indicó que los resultados obtenidos son "muy buenos" y que el "jugar con la geometría" seguramente tendrá un correlato más lento en el tiempo a escala industrial, pero insistió en las ventajas del 3D para cambiar formas y volúmenes. "La geometría de un medicamento y el modo en que son combinados sus materiales son dos factores que influyen directamente en la liberación del principio activo".

Palma subrayó que la impresora 3D con que cuentan fue diseñada y fabricada por una Pyme cordobesa, Life Soluciones Integrales, siguiendo las indicaciones de los investigadores. "Se puso al lado nuestro y ahora se encarga de las adaptaciones o cambios que requerimos". Si bien es un prototipo hecho a medida, ya analizan otros con funciones más simples para hospitales o farmacias públicas.

"Estamos viendo que podrían usarse sin computadora, con un display -continuó Palma- para bajar los costos y simplificar las aplicaciones".

La impresora instalada en el laboratorio de la UNC permite producir fármacos en tres dimensiones de forma y aspecto real, que previamente son diseñados digitalmente en una computadora. Para imprimir se utilizan dos materiales biocompatibles (lípidos o grasas y polímeros hidrosolubles) de uso extendido en la industria farmacéutica.

Palma puntualizó que si bien la industria farmacéutica busca la producción masiva, no todos los pacientes necesitan la misma dosis: "La medicina va hacia la personalización y los medicamentos deben acompañar; la impresión 3D es una herramienta útil para fabricar, en tiempo real, lo que cada uno requiere".
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