Sociedad Según un estudio argentino

Se triplicaron los casos de alergia a la proteína de la leche de vaca

Así se desprende de un estudio realizado por un grupo de especialistas del Hospital Italiano de Buenos Aires. Entre las principales causas mencionan los cambios en el estilo de vida y la predisposición genética.
Hay cada vez más chicos que sufren de alergia a la proteína de la leche de vaca. El número de casos de APLV (sigla de la enfermedad) se triplicó en los últimos 10 años, de acuerdo con un estudio realizado por especialistas del Hospital Italiano de Buenos Aires.

Los factores que influyeron para que esta alergia vaya en aumento son diversos: desde los cambios en el estilo de vida hasta la predisposición genética, pasando por el aumento de las cesáreas, el uso de antibióticos y la contaminación ambiental.

"Los resultados arrojaron, además, que de los casos que presentaron APLV el 55% corresponde a niñas y que la edad promedio de diagnóstico fue de 3,6 meses, con una edad mínima de un mes y máxima de 11 meses", describió Claudio Parisi, especialista en Alergia e Inmunología, presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (Aaaeic) y uno de los investigadores que participó del estudio. Y continuó: "el 44% de los bebés nació por parto natural y el síntoma de inicio más frecuente fueron las deposiciones con sangre en cuatro de cada 10 niños".

"Si bien la APLV tiene signos inespecíficos, los padres deberían estar atentos cuando se presenta un llanto persistente en los niños, sangrado en la materia fecal, reacciones alérgicas, síntomas símil reflujo, cólicos y retraso en el crecimiento (enteropatía), algo que puede ocurrir si el bebé no es diagnosticado a tiempo", advirtió Romina Mehaudy, una de las gastroenterólogas infantiles que participó del estudio.

Añadió: "en general, los niños con APLV suelen comenzar con dos o más síntomas, tales como vómitos y diarreas o náuseas (60% de los casos), mientras que el 50% de los casos puede presentar erupciones cutáneas y, en menor medida, ocurre que los pequeños rechacen el alimento, lloren inconsolablemente, sufran anafilaxia (reacción alérgica importante) e inestabilidad".

Marina Orsi, jefa de Gastroenterología Pediátrica del hospital, que también participó de la investigación, explicó: "es importante diferenciar la alergia de la intolerancia a la lactosa. Las alergias son una respuesta inmunológica mientras que la intolerancia a la lactosa se vincula más con una reacción de inflamación, eructos y otros síntomas que la persona expresa como 'me cae pesada'".

El tratamiento consiste en retirar la leche y sus derivados de la dieta de la de la madre, en el caso de los lactantes, y en los otros casos de la alimentación del niño directamente.
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