"La gente toma esto con mucha sorpresa y mucho dolor, más que nada por el desenlace, que por el acontecimiento en sí. Además, noto que ha dividido a la ciudad, en cuanto a las opiniones", expresó a Elonce TV. Al hacer una interpretación del acontecimiento, Zordán entendió que "hay que tener en cuenta dos cosas". Por un lado, "la necesidad de poner sobre la mesa lo que ha pasado, si somos testigos de lo que ha ocurrido, si tenemos datos ciertos para facilitar la tarea de la justicia; no tenemos que juzgar nosotros, porque no nos corresponde, para eso está la justicia, respetando la institucionalidad y el rol de la misma", opinó. Por el otro, expresó que este acontecimiento "nos tiene que llevar a aprender: para que no nos pase por al lado, nos demolió con la noticia, pero que dentro de unos días, se nos olvida. Acá hubo descuidos, de quienes quizá cometieron los hechos, y también descuidos como comunidad que no se dio cuenta, que dejó pasar cosas que veía y las `naturalizó`".
El obispo, en el mismo sentido afirmó: "Esto nos tiene que enseñar a cuidar la vida, la nuestra y la de los otros, es no naturalizar cosas que nos parecen raras, que tenemos que decirlas, confrontarlas con otros. También cuidar la vida tiene que ver con educar para el pudor, para una sana vivencia de la sexualidad, de la afectividad".
Respecto a la exigua cantidad de denuncias contra Rivas, pese a haberse hablado de un número cercano a los 2000 casos. El obispo conjeturó que "como estas cosas dan mucha vergüenza, intimida, no es muy fácil decir `yo fui` o `estoy involucrado de alguna manera`, por la familia, los amigos, la sociedad. Es entendible, pero hay que tener paciencia, esperar a que se animen, tomen coraje y se presenten a denunciar". Elonce.com.
